Del ratoncito Pérez a Mandela, deconstrucción del Nuevo Periodismo

Se despide Tom Wolfe, baluarte de un estilo en desuso, ahora que la prensa atraviesa su enésima encrucijada





Uno de los combates más virulentos por el supremacismo se está lidiando aquí al lado, en el sevillano parque de María Luisa, para más señas, donde las cotorras de Kramer (a pesar del apellido, aseguran no tener ningún parentesco con aquel lejano melodrama de Dustin Hoffman y Meryl Streep) controlan ya el 81% del arbolado en detrimento de los originarios murciélagos gigantes, según publica un estudio en la Royal Society Open Science (1). Los investigadores apuntan que aunque existe un Real Decreto que permite actuar contra las especies invasoras, la opinión pública, fácilmente impresionable, dificulta la actuación. 

La escalada de violencia aérea en el cielo andaluz coincide con un recrudecimiento del conflicto diplomático entre Barcelona y Madrid por la residencia del Ratoncito Pérez. Desde hace seis meses, el famoso roedor se ha instalado en el número 23 del Taquígraf Garriga, epicentro de Les Corts, en una vivienda minúscula, a pie de calle, que los vecinos cuidan con mimo (2). Ocurre, sin embargo, que el ayuntamiento madrileño ya instaló una placa para señalar el domicilio oficial del Ratoncito, primer personaje ficticio homenajeado en la capital con semejantes honores, en la calle del Arenal, número 8, donde se ubicaba la confitería Prast, propietaria de la caja de galletas que acurrucaba al pequeño mamífero, según el cuento que el jesuita Luis Coloma escribió para el rey Alfonso XIII cuando a los ocho años perdió uno de sus dientes.


La pluma pirotécnica del cronista del uniforme albino cargaría tintas contra este yugo del viral

En otro orden de cosas, locución radiofónica con solera y título premonitorio de la novela del sociólogo argentino Rodolfo Fogwill, precisamente la AFA (Asociación de Fútbol Argentino) difundió entre los periodistas que cubrirán el próximo mundial, un práctico dossier con ocho puntos que aconsejan: "Qué hacer para tener alguna oportunidad con una chica rusa"(3). Cuestión de pelotas. El Barça, con el capitán de la albiceleste al frente, ha viajado a Johannesburgo para un amistoso relámpago que organizaba uno de los hombres más ricos de África, según Forbes. De la última vez que los culés pisaron suelo sudafricano, en 2007, guardamos una estampa para el sonrojo, el desplante de la plantilla a Nelson Mandela, a cuya invitación solo acudieron cinco futbolistas, entre ellos, Iniesta.

Mientras tanto, Apple se lanza al acoso y derribo de la flamante generación Alpha, que comprende a los nacidos desde 2010. La compañía californiana oferta en España excursiones escolares a sus tiendas y campamentos de verano bajo el signo: "Una gran ocasión para crear y trabajar en equipo usando productos Apple", praxis que ya ha sido prohibida en Francia (4).

La pluma "pirotécnica" de Tom Wolfe, el cronista del uniforme albino, cargaría tintas contra este yugo del viral. Se nos baja del tren uno de los múltiples padres del Nuevo Periodismo, etiqueta que a día de hoy se subasta como antigualla, ahora que la prensa, embalsamadora de palabras, se tambalea de nuevo. Frente al menudeo del ruido, Quim Monzó propone la pulla. Y un viaje diurético a las tailandesas islas Phi Phi; o unas vacaciones en Quebec, junto al pueblo de la risa enlatada, Saint Louis-du-Ha! Ha! (5).



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