Milongas para autónomos, toros antitaurinos en San Isidro, tremendismo rural y turismo de cementerio; la actualidad como delirio
Van dos señores, muy peripuestos en el tema, y dicen que ser autónomo en España es el no va más, por lo visto, solo comparable a ser vaca en la India. La Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores y Autónomos (ATA) se presentó ayer con ganas de repercusión mediática, aportando un informe encasillado en el género fantástico para concluir que "la protección social de los autónomos en España está por encima de la media europea"(1). Y tal y como está el patio, sobre todo en los colegios, hoy se ha producido un aluvión de niños abandonando la pelota para dar la tabarra a sus profesores con qué es lo que hay que estudiar para dedicarse de mayor al chollo ese del autoempleo.
Mientras tanto, por San Isidro, un toro manso se marca un Disney y se salva de la trágica faena, al más puro estilo Ferdinando, el morlaco pacifista que mosqueó por igual a nazis y fachas (2). Otro santo, "una suerte de ángel pasmado de Caravaggio", es el protagonista de Lazzaro Felicce, la mejor pelÃcula de Cannes, superado ya su ecuador. Alice Rohrwacher, quien ya rozó la Palma de Oro con su anterior genialidad, El paÃs de las maravillas, vuelve ahora con esta fábula maestra, heredera de lo mejor de Visconti e inspirada en un episodio escandaloso, ocurrido en la Italia profunda de los ochenta, cuando una señoritinga, aprovechándose del aislamiento y del analfabetismo de sus aparceros, mantenÃa con ellos una relación de vasallaje, en una especie de feudalismo atemporal, semejante, por momentos, al de Los Santos inocentes de Delibes (3).
Van dos señores, muy peripuestos en el tema, y dicen que ser autónomo en España es el no va más, por lo visto, solo comparable a ser vaca en la India
De la España rural tenemos notas de vez en cuando. Los medios fanáticos de la crónica negra se ensañan con el embrutecimiento de sus crÃmenes. Es la poderosa prensa del suceso, cebada a base de tremendismo. Miren si no el caso Leticia (4), con C, hay que ver las desigualdades que acarrea la leve oscilación de un grafema, cuyo asesinato, perpetrado supuestamente por un adolescente, es el último acicate del morbo de sobremesa, para escarnio de las tierras zamoranas de León Felipe, el poeta al que habÃan dormido con todos los cuentos y que gritó en mitad del campo: "Todo el mundo está cuerdo, terrible, monstruosamente cuerdo". Como en los Hijos de los hombres, de Alfonso Cuarón, Cinco DÃas informa que "en más de mil pueblos no nacen niños desde 2012"(5).
Es en esa penÃnsula desniñada, que traspapela el orden del dÃa: "España bate su récord de exportación de armamento" (con Arabia Saudà como cliente premium) (6), donde se hacinan crueldades que se deshabitan en lo que dura una página: "Porno con refugiados, la última vergüenza de Occidente convertida en tendencia"(7).
Es en esa penÃnsula desniñada, que traspapela el orden del dÃa, donde se hacinan crueldades que se deshabitan en lo que dura una página
Del otro lado del mundo, en mitad del trastorno urbano, lo más cosmopolita para desconectar es el turismo de cementerio, o lo que es lo mismo, pegarse un tour de tumbas célebres. Cees Nooteboom anticipó la moda no hace mucho editando una completa guÃa gráfica y El Mundo, aprovechando que se cumplen veinte años de la muerte de Frank Sinatra (si están interesados en La Voz recuperen sin dudarlo Frank Sinatra está resfriado, de Gay Talesse) cuelga una galerÃa con los sepulcros más visitados, de Marilyn Monroe a Elvis, pasando por Bruce Lee o Shakespeare, auténticos lugares de culto, peregrinación obligada de fans delirantes (8).
Coincidiendo con el mayo del 68 y con Cannes, Vila-Matas dedica su artÃculo a Philippe Garrel, el director francés "sobreviviente" en mitad de una "generación hija de la desesperanza". Cuenta que para aplacar su desobediencia, en 1969, la policÃa encerró a Garrel en un manicomio, donde fue sometido a electroshocks antes que Jack Nicholson en el nido del cuco (9). Ahora, un grupo de psiquiatras recupera las misivas conservadas en el Archivo de la Casa de Dementes de Santa Isabel de Leganés y las publica bajo el tÃtulo: Cartas desde el manicomio (10), una razón, como otra cualquiera, para preguntarse, como Erasmo, quién son los locos.
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