Hay semanas que se van encapotando como un otoño que enviuda. Semanas con desorden de obituario que, a fuerza de minutos de silencio, corren el riesgo de cerrar definitivamente el pico
Hay semanas que se van encapotando como un otoño que enviuda. Semanas con desorden de obituario que, a fuerza de minutos de silencio, corren el riesgo de cerrar definitivamente el pico. La muerte de Charles Aznavour y Montserrat Caballé ha copado de luto las necrológicas, pero en las últimas horas también han causado baja otros ilustres como Peggy Sue, la musa que inspiró el éxito rocanrolero de The Crickets y dio título a la película de Francis Ford Coppola (1); Carlos Ezquerra, coautor del Juez Dredd, mítico agente del orden en un futuro distópico donde la policía reparte justicia a su antojo, una especie de crítica, en palabras del dibujante, a la España franquista; y Leon Max Nederman, el Nobel de Física que, sin quererlo, rebautizó el bosón de Higgs como "la partícula de Dios"(3).
Todo esto viene a cuento porque uno se pregunta si la fecha de defunción, como la del nacimiento, infunde un carácter especial en el difunto, lo que daría pie a algo así como un horóscopo in aeternum, otro negocio a explorar ahora que el Congreso tramita, dentro de la Ley de Propiedad de Datos, el derecho de los herederos a gestionar la vida online de los fallecidos (4), un registro electrónico de voluntades digitales que pretende convertirse, en un futuro no muy lejano, en el epicentro de las disputas familiares en materia de sucesión.
En su columna, aunque nada tenga que ver con el tema, Antonio Lucas, que como buen poeta lo mismo sirve para un roto que para un descosido, apunta: "Hasta no hace demasiado, los humanos desarrollábamos terror a lo desconocido (de las galaxias a los huracanes). Ahora el miedo viene por aquello que vamos sabiendo (...)"(5) . Y de poeta a poeta, Vicente Aleixandre escribía al comienzo de uno de sus poemas: "La memoria de un hombre está en sus besos", verso que, por lo visto en Málaga, resulta machista para un sector irrisorio del feminismo más carca, hasta el punto de que el grafitero Ángel Idígoras, tras la polémica suscitada, ha preferido borrar el mural donde lo había reproducido junto a una recreación de la famosa fotografía de El beso, de Robert Doisneau (6).
Sobre la libertad de expresión, principio fundamental incluso cuando suena a rebuzno, Juan Soto Ivars señala en El Periódico: "Desconfío de los que ponéis el grito en el cielo cuando persiguen a los de vuestra cuerda pero calláis como caniches cuando el perseguido os ofendió a vosotros". En Bajarse del pedestal, Julio Llamazares, seguramente, da en la diana: "Parece que los españoles ya no leen a Machado. O, si le leen, no le hacen caso".
(1) https://elpais.com/cultura/2018/10/03/actualidad/1538586804_875999.html
(2) https://www.lavanguardia.com/cultura/20181001/452125749144/muere-dibujante-carlos-ezquerra-creador-juez-dredd.html
(3) https://www.abc.es/ciencia/abci-particula-dios-comenzo-siendo-maldita-201810052130_noticia.html
(4) https://elpais.com/sociedad/2018/10/04/actualidad/1538646463_941406.html
(5) http://www.elmundo.es/opinion/2018/10/05/5bb65b63ca4741c31d8b4643.html
(6) http://www.elmundo.es/andalucia/2018/10/02/5bb3b49b468aeb3b038b46f1.html
(7) https://www.elperiodico.com/es/opinion/20181003/me-cago-en-lorca-por-juan-soto-ivars-7068292
(8) https://elpais.com/elpais/2018/10/05/opinion/1538752608_627138.html
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