El año que vivimos peligrosamente

Cualquier acción, divina o humana, puede rastrearse con anterioridad en la obra de un artista



Mientras Carmen Lomana abandonaba los fogones de MasterchefLa Sexta emitía El dilema, crónica de dos rupturas, el programa de Jordi Évole sobre los pormenores de las horas cruciales antes de la Declaración Unilateral de Independencia (DUI) en Cataluña. Con un título que recuerda a aquel otro dilema cinematográfico de Michael Mann, director también de El último mohicano, protagonizado por Al Pacino y Russell Crowe, cinta que descubría las artimañas que usaban las tabacaleras para provocar la adicción en los fumadores, el reportaje de Évole ha sido criticado a partes iguales por los dos extremos -buena señal, sin duda-, por no recoger todas las voces, algo periodísticamente imposible, pero sí unas cuantas, por cierto, de peso innegable: Artur Mas, Toni Comín, Anna Gabriel... que reconocen, sin titubeos, que aquella DUI fue una fanfarronada de Guinness, tan simbólica como una performance de Bansky.

La polémica coincide con el hallazgo en Rusia, por parte de la experta en marionetas y literatura, Nina Monova, de 37 fotografías, dos libretos, uno de Federico García Lorca y otro de Alberti, más una pieza de Miguel Hernández, material en su mayoría inédito, de la compañía de títeres La Tarumba, bautizada así por Pablo Neruda, un Guiñol satírico al servicio de la guerra, dirigido por Miguel Prieto durante la Guerra Civil, con la voluntad de animar en el frente a los soldados republicanos, dentro de la Alianza de Intelectuales Antifascista (1)

De los versos de Federico, precisamente, nace el hechizo poético de Chavela Vargas. Un documental, El ruiseñor y la noche, recupera la última voluntad de la mexicana: cantarle su amor al autor de Yerma en la Residencia de Estudiantes, donde la intérprete recaló en 1993, pasando un tiempo en la que fuera la habitación del poeta, a cuya ventana solía asomarse un ruiseñor, prueba para La Vargas del lazo "inquebrantable" que la unía a Lorca (2)

Otro poeta, el venezolano Rafael Cadenas, recogió la semana pasada el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana. A sus 87, todavía resiste en Caracas, donde después de más de media vida dedicada a la docencia, apenas sobrevive con una pensión de cuatro dólares. Encarcelado, exiliado, "se apartó del comunismo cuando entendió que Cuba no era la arcadia condensada, sino una dictadura al completo", describe Antonio Lucas (3). En Derrota, "uno de esos poemas que se hacen himno de varias generaciones", confiesa con humildad de héroe: "Yo que me arrimo a las paredes para no caerme del todo (...)", verso idóneo para introducir la semana en la que se cumplen (será este mismo 2 de noviembre) veinte años de Los detectives salvajes, la novela cumbre de Roberto Bolaño (4). En el dietario con el que se abre el libro, una entrada, a 23 de diciembre, que bien podría resumir todo lo acontecido en Cataluña aquel extraño 27 de octubre de 2017: "Hoy no pasó nada. Y si pasó algo es mejor callarlo, pues no lo entendí".


(1) https://elpais.com/cultura/2018/09/28/actualidad/1538146969_946320.html
(2) https://elpais.com/cultura/2018/10/28/actualidad/1540741774_081564.html
(3) https://www.elmundo.es/cronica/2018/10/28/5bd44024468aeb42398b460b.html
(4) https://www.elperiodico.com/es/mas-periodico/20181027/mil-novelas-los-detectives-salvajes-20-anos-roberto-bolano-7111806


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