El club de la tragedia

La actualidad oscila entre el catastrofismo y el entretenimiento, según soplan las corrientes, y es en esa neurosis, mediática y extrema, donde las soflamas populistas campan a sus anchas




Se toma una señal, a poder ser en un cruce de caminos, y se desvía al personal hacia otra dirección, vía alternativa o "ruta pirata". Lleva años ocurriendo en el Camino de Santiago, a su paso por Ponferrada. Los símbolos, manipulados, confunden a los peregrinos que, sin saberlo, se van alejando poco a poco del trazado oficial para caer en la pillería de una red hostelera que busca su particular agosto (1). Picaresca costumbrista. Quizá con unas migas de pan, al más puro estilo Pulgarcito, ahora que unas investigadoras españolas han descubierto en el desierto Negro, al nordeste de Jordania, los restos de pan más viejos del mundo, 14.400 años, una fecha que pone patas arriba "el origen de un alimento tan básico y el de la propia agricultura"(2).

Todavía metidos en el trampantojo, el fotógrafo austríaco Gregor Sailer se ha dedicado a recorrer el mundo en busca de pueblos de cartón, veinticinco aldeas de mentira, construidas en distintos rincones del planeta con fines militares, como Junction City, el calco de una población afgana en mitad del desierto de Mojave, en California, levantado para que el ejército estadounidense realice sus ejercicios de combate (3). En la misma línea, a modo de Waterwold, una organización incubada en Silicon Valley tiene por objetivo crear auténticas micronaciones acuáticas, convertidas en paraísos ficales que sepan sacar buena tajada de la falta de leyes en aguas internacionales (4).

Ya sea en un pueblo fantasma o en una isla artificial, la Europol, aprovechando el tirón del Mundial, lanza un álbum de cromos, como inspirado en Panini, con los 25 fugitivos más buscados de Europa, un reclamo "para pedir la colaboración ciudadana en la búsqueda de los malhechores"(5). Precisamente, la policía europea certifica que el primer dragón de Komodo hallado en el continente ha sido el que se acaba de incautar en un local ilegal de Cornellà, Barcelona (6). Juan Tallón ironiza: "No vale de animal de compañía"(7)

Y eso que todavía no hemos llegado a la siesta, ese intervalo de modorra, entre las dos y las cuatro de la tarde, muy creativo, de acuerdo, pero en el que se multiplican las negligencias en los hospitales, los accidentes de tráfico, las mentiras, las malas decisiones y la productividad en general, según recoge Daniel H. Pink en su libro ¿Cuándo? La ciencia de encontrar el momento preciso (8)

Un ejemplo de sincronía perfecta lo tenemos en Tailandia, que ya idea un "museo viviente" en la dichosa cueva donde quedaron atrapados los doce niños y su entrenador, con tal de incentivar el turismo de la zona (9).


Manuel Rivas escribe: "La descivilización, si las conciencias están de vacaciones, es muy contagiosa"

Con la risa de la actualidad, que parece nerviosa de sí misma, la librotea de El País propone una selección de "libros para reír a carcajadas", de las Memorias de un amante sarnoso, de Groucho Marx, a Sin noticias de Gurb, de Eduardo Mendoza, pasando por los Cuentos sin plumas de Woody Allen o los Diez minutos antes de la medianoche de Jardiel Poncela (10)

El lector holgazán, sin embargo, se decantará por el asistente de voz de Google. Entre las peticiones diarias destaca una orden: "Cuéntame un chiste", y una pregunta climatológica: "¿Voy a necesitar el paraguas mañana?", preámbulos necesarios para romper el hielo de la conversación con el algoritmo, antes del inquietante y definitivo: "¿Me quieres?"(11).

La tele y sus trucos, Pura Magia es un descalabro, tampoco mejoran la apuesta. En La Vanguardia, Sergi Pàmies diagnostica: "El ataque de ansiedad define nuestro estado de ánimo como contribuyentes de un país que invierte parte de nuestros impuestos en deprimirnos. No es maldad: es tradición"(12). Y acuña el concepto de El Club de la tragedia, directamente traído de las tablas, donde el proyecto Teatro Fronterizo lleva años paseando sus Monólogos para no reír.

Unos mapaches de la tradición sobrenatural japonesa que atacan con sus genitales cuando les hinchan las pelotas son el símbolo exacto de cómo está el patio. Forman parte de una exposición sobre los yokai, criaturas delirantes que ahora invaden la madrileña Real Academia de San Fernando (13)

Manuel Rivas escribe: "La descivilización, si las conciencias están de vacaciones, es muy contagiosa" (14). El economista Oliver Natchwey lo desgranó en un ensayo certero: La sociedad del descenso. Antes, Julio Cortázar ya nos había inmunizado con sus Instrucciones para llorar.



(2) https://elpais.com/elpais/2018/07/14/ciencia/1531557609_401411.html
(3) https://www.yorokobu.es/pueblos-falsos/
(4) https://retina.elpais.com/retina/2018/07/10/innovacion/1531239811_113577.html
(5) https://elpais.com/elpais/2018/07/17/mundo_animal/1531823202_073603.html
(6) https://elpais.com/ccaa/2018/07/17/catalunya/1531828004_847828.html
(7) https://elpais.com/internacional/2018/07/13/mundo_global/1531507676_195992.html
(8) https://www.yorokobu.es/horas-productivas/
(9) https://www.20minutos.es/noticia/3393073/0/cueva-ninos-atrapados-tailandia-convertira-museo-viviente/
(10) https://librotea.elpais.com/usuarios/librotea/estanteria/libros-que-te-haran-reir-a-carcajadas
(11) https://elpais.com/elpais/2018/07/13/tentaciones/1531499903_231055.html
(12) https://www.lavanguardia.com/politica/20180717/45944158325/la-bastilla-y-la-modelo-seran-siempre-nuestras.html
(13) https://elpais.com/cultura/2018/07/16/actualidad/1531761172_837793.html
(14) https://elpais.com/elpais/2018/07/09/eps/1531133590_951059.html

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