Ética y estética reflejan dos ilusiones de un mismo espejismo. Dime qué arte calzas y te diré qué tipo de sociedad eres
Tras un tiempo sin descorchar sprays, Bansky reaparece en París (1), amenazado por la creciente pujanza de otro restaurador "chiflado", de momento también anónimo, el encargado de maquillar como a una drag en manos de Warhol la talla de San Jorge del siglo XVI de la iglesia de San Miguel de Estella, en Navarra. Para muchos, el nuevo Ecce Homo (2).
Precisamente, ha sido otro restaurador el que ha puesto el grito en el cielo, denunciado que cuatro ángeles de finales del siglo XVII, de la Catedral de Cádiz, obra de la célebre escultora Luisa Roldán, más conocida como La Roldana, se "han tirado a la basura" después de una "limpieza" a fondo de la cripta, por "ser material inservible", según publica en un artículo en el Portal de Cádiz (3).
No es de extrañar que luego, a las primeras de cambio, uno salga a correr el domingo, con chándal redentor, por hacer de la fiebre del sábado noche algo más saludable, y se dé de bruces, como le ha ocurrido a la cantante India Martínez, con el busto de una diosa egipcia del siglo II, en la localidad sevillana de Dos Hermanas (4).
Está por ver, los del CSI lo investigan, si la cabeza corresponde a alguna de las cuatro mil decapitadas que Hollywood exhibe en sus carteles, donde el rostro de la mujer importa un bledo, en una muestra palpable "de la cosificación del cuerpo femenino en la Meca del cine", tal y como critica en su proyecto viral, Headless Women in Hollywood, la actriz cómica Marcia Belsky (5). De los Minions a Wonder Woman, pasando por American Beauty o La juventud, nadie está salvo del reclamo lascivo, seguro vitalicio de una taquilla en horas bajas.
Mientras, en la playa del Somorroso de Barcelona, la escultura de un delfín de seis metros de plástico refleja la bochornosa resaca de una verbena de San Juan que dejó la irresponsable cifra de más de veinte toneladas de residuos en las costas de la ciudad condal (6).
Conocemos el dato en mitad de una jornada de epifanías: "Sabía que Dios está con nosotros", manifestó Messi tras la clasificación agónica de la albiceleste, con un Maradona a punto del colapso. Por cierto, aprovechando el sfumato del fútbol, Putin, maestro del birlibirloque, ha marcado el que hasta ahora es el golazo del Mundial, el retraso en la edad de jubilación de los rusos, cinco años más para los hombres y ocho para las mujeres, que por fin ganan en algo (7).
"Somos microbios", titula El País, para celebrar el primer día Mundial del Microbioma, que lleva por lema: "Piensa en tus microbios"(8).
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