Todos somos precarios

Hay que trabajar mucho para llegar a pobre. De hecho, solo 2,5 millones de personas lo han conseguido en este paƭs por ahora. Son datos de CƔritas, presentados durante la Jornada Mundial del Trabajo Decente, ese que no se cata hasta despuƩs de la boda




Hay que trabajar mucho para llegar a pobre. De hecho, solo 2,5 millones de personas lo han conseguido en este paĆ­s por ahora. Antes, llegar a fin de mes, ya era todo un logro. Ahora, si alcanzamos la quincena, aceptamos el convenio. Son datos de CĆ”ritas, presentados durante la Jornada Mundial del Trabajo Decente, ese que no se cata hasta despuĆ©s de la boda. La temporalidad y el coitus interruptus de las contrataciones son la nueva pandemia. Y no hay gremio que se salve. En El PaĆ­s: "Los riders de la abogacĆ­a: 60 horas por 500 euros". Vayan sumando: mĆ©dicos interinos, profesores asociados, articulistas, kellys y cualquier otro cofrade sin un chalĆ© en Las Maldivas...; y ya tienen un mapa mudo del esclavismo punto cero. Nada nuevo. Hace unos aƱos, Tomasso Coletti, presidente de la provincia de Chieti (región de Abruzzo, centro de Italia), ya utilizó aquel lema nazi del "trabajo os harĆ” libres" para promocionar las oficinas de empleo. En su descargo, no recordaba dónde lo habĆ­a leĆ­do, pero sĆ­ que era "una de esas citas que te impactan al instante".

Si lo piensan, Pancho (Verano Azul) ya era un rider explotado por sus tĆ­os. Hasta Fernando FernĆ”n Gómez dejó por escrito que las bicicletas son para el verano, no para el invierno, aunque Derlin Newey tenga que estar repartiendo pizzas en Utah a sus 89 aƱos. Es el Ćŗltimo ejemplo de la economĆ­a que nos espera. Su caso se ha viralizado gracias a Tik Tok. Un grupo de buenos samaritanos ha logrado juntar un donativo de unos 12.000 dólares, lo justo para una bicicleta elĆ©ctrica. De marca, por supuesto.

Me sorprende cómo somos capaces de conmovernos por las causas mÔs variopintas. Si un grupo de protozoos monta un piquete en la AntÔrtida, ahí vamos todos. Y, sin embargo, cuando toca arrimar el hombro, por una protesta común, nos dividimos en mareas como una caja de plastidecoresYa lo dice la biblia del currante: "Precarios somos y en precarios nos convertiremos".




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