La tormenta imperfecta

Del España nos roba al España nos confina hay un billete de AVE



La OMS no sabe qué está fallando en España, ya conocen el estribillo: "El país de Europa con mayor incidencia de covid-19". En El País, Julio Llamazares habla de "ciclogénesis nacional" y hace repaso de este 2020. Veamos: enero, primer gobierno de coalición de nuestra democracia cuarentona. Para los amantes de Mary Shelley, gobierno Frankenstein, lo que indica que algunos solo creen en el televoto cuando ganan Gran Hermano. Febrero: en los mejores cines se estrena la mesa de diálogo España-Cataluña y Puigdemont lo celebra en Perpiñán con un baño indepe y esteladas a Machado. Marzo: ya tenemos aquí el bicho. La culpa, por supuesto, del 8-M. Ni pío, por ejemplo, de ir a currar en el metro. O del Atalanta-Valencia de la Champions. Abril: confinamiento duro. La oposición ve una dictadura del proletariado. El Mundo lanza un tuit: "En el 75 aniversario de la muerte de Hitler, recordamos cómo el dictador se hizo con el poder absoluto en un estado de emergencia aplicando medidas extraordinarias". Aclaración para malpensados: "En ningún momento hemos pretendido sugerir un paralelismo con ningún gobierno actual". Mientras, ruedas de prensa a tutiplén. Muertos, también a tutiplén. Escabechina en las residencias, balconing y Dúo Dinámico. Mayo: cierto pijerío está al borde de un ataque de nervios. No aguantan ni un minuto más metidos en el jacuzzi. Junio: desescalada exprés. La economía está en la UCI. Es la hora del todopoderoso. Rezémosle al turismo, una palabra tuya bastará para sanarnos. Julio: de día, "relaxing cup of café con leche in Plaza Mayor"; de noche, botellón y after. Agosto: el rey emérito se las pira. Septiembre: pesadilla en la cocina versión pepera. Última hora: lío por el control del poder judicial, más debate monárquico, la sentencia barra chiste del caso Bankiamoción de censura de la ultraderecha y Quim Torra inhabilitado. Por cierto, parece que las elecciones en Cataluña serán el próximo 14 de febrero, día de los enamorados, para que el nuevo plebiscito quede más cuqui que nunca.

Y todavía no hemos llegado a los bises. Pongamos que hablo de Madrid, por ejemplo. Del España nos roba al España nos confina hay un billete de AVE. Así que la OMS dice que no sabe lo que nos pasa. Y no será, digo yo, que somos capaces de montar cualquier follón para que no se nos note tanto de qué pie cojeamos.



2 comentarios:

  1. Jajaja!Ni yo misma lo sé.
    Lo veo desde dentro y me asombró, imagina desde fuera. Ni con pinzas.

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    1. Seguramente, la sensación sea esa, entre el asombro, la risa y la vergüenza ajena (a veces, también propia).

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