Sudar tinta

Se llevan las novelas con cintura de avispa, o sea, por debajo de los 200 folios que, por lo visto, marcan la talla exacta si lo que el escritor pretende es hacerse un hueco entre los ángeles del Victoria's Secret editorial




Un paseo por la Feria del Libro constata que la operación biquini no es solo cosa de farmacias: "La literatura se pone a dieta y pierde páginas", titula Peio H. Riaño en El País (1). En concreto, y según la báscula, unas 22 hojas de media por libro en poco menos de una década, con novelas luciendo cintura de avispa, o sea, por debajo de los 200 folios que, por lo visto, marcan la talla exacta si lo que el escritor pretende es hacerse un hueco entre los ángeles del Victoria's Secret editorial. 

Con El Libro Gordo de Petete sudando tinta en la elíptica, Dostoyevski y otros clásicos con sobrepeso del XIX se debaten entre ir a Supervivientes o ayunar en La Buchinger. De lo que se trata aquí es de no cansarle la vista al personal con más de 140 caracteres, contorno más que suficiente para que una idea anoréxica parpadee como un neón en mitad de un instapoema, un tatuaje o una galleta de la fortuna

"Alguien debería empezar a imponer gravámenes por frases peligrosas como ésa", escribe Carlos Zanón (2). Se refiere a la tarjeta con la que un hotel de Madrid daba la bienvenida a sus clientes de cara a la final de la Champions: "No es fácil vencer a alguien que no se rinde nunca". El eslogan bien podría inspirar un spot de librerías. En un reportaje en La Vanguardia, Xavi Ayén recoge las últimas tendencias para aumentar las ventas más allá del algoritmo de Amazon (3). Lejos quedan los vendedores a domicilio y las enciclopedias Larousse, la nostalgia de un tiempo que tampoco fue para tirar cohetes, cuando lo que priorizaba el lector era que el lomo del libro combinase con las colchas de la habitación del niño a punto de hacer la Primera Comunión. Ahora lo que se lleva es el Bookish en todas sus variantes, es decir, la caja sorpresa con un título inesperado, una especie de Tinder literario con la que uno nunca sabe con qué libro se va a ir a domir.

Viendo por dónde van los tiros, lo más saludable es que gimnasios y bibliotecas sellen un pacto a base, por ejemplo, de hacer mancuernas con libros. Seguro que entonces, cuando al influencer de turno le dé por colgar una foto en su cuenta haciendo sentadillas con 5 Don Quijotes, 7 Guerra y Paz y 3 Moby Dick, los libros rechonchos recuperan su estatus como hacedores de sueños o, en su deficiencia, de hernias discales, porque tal y como dice John Carlin, 400 años después de Descartes, el selfie ergo sum es el nuevo lema del Homo sapiens contemporáneo (4).




(1) https://elpais.com/cultura/2019/06/05/actualidad/1559735393_220008.html
(2) https://www.lavanguardia.com/deportes/20190602/462616433017/youll-never-walk-alone.html
(3) https://www.lavanguardia.com/cultura/20190611/462790229963/venta-libros-propuestas-compra-ciegas-literatura.html
(4) https://www.lavanguardia.com/opinion/20190609/462748034410/selfie-selfies-instagram.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Instagram