La política migratoria ha hecho del Mediterráneo una sopa séptica donde usted y yo nos remojaremos pasado mañana como en un spot de cerveza, pringados de Nivea contra el melanoma y la desfachatez
Con la calculadora como escarcha de tus días y de mis noches, Juan José Millás escribía tras el nacimiento del primer retoño del príncipe Enrique y Meghan Markle: "Nosotros nos alegramos de que el príncipe Enrique y su esposa, Meghan, hayan sido padres, no somos alimañas. Ahora bien, se trata de una alegría extraña cuando vivimos en un mundo en el que el capitalismo financiero prohíbe tener hijos a nuestros jóvenes. La procreación, en fin, empieza a ser asunto de ricos (...) Y si entre nosotros no nacen, en otros ámbitos mueren al poco de hacerlo, también por influencia de la globalización financiera. No se ha hecho el cálculo de cuántos bebés pobres tienen que morir para que sobreviva uno millonario, pero hay relación entre una cosa y otra. No lo duden"(3).
Y sin salirnos de Millás todavía: "Allá donde reina la pobreza, la desnutrición empieza en el espermatozoide, que llega a destino agotado, como si hubiera subido siete pisos sin detenerse a respirar. Pero tampoco el óvulo, si tenemos en cuenta el hambre de la portadora, lo recibe en buenas condiciones. Significa que el encuentro, más que sumar, resta (...) Y no será porque en el mundo no haya calorías. Está lleno de ellas, pero se encuentran mal repartidas. Hay acaparadores de calorías como hay acumuladores de chatarra. Cuando el presidente de un banco se jubila, le dan calorías para seis o siete generaciones. Y quien dice el presidente de un banco dice el de una hidroeléctrica o el de una gasística, no sé"(4).
La lista de precios del barril de crudo coincide con la siguiente noticia: "Abogados internacionales piden a La Haya que investigue a la Unión Europea por crímenes contra la humanidad por su política migratoria"(5), la misma que ha hecho del Mediterráneo esa sopa séptica donde usted y yo nos remojaremos pasado mañana como en un spot de cerveza, pringados de Nivea contra el melanoma y la desfachatez. Solo hace falta que suene uno de aquellos éxitos pegajosos que Georgie Dann lanzaba cada verano, El chiringuito, por ejemplo, reescrito, eso sí, para sintonizar con los eurofans: Yo tengo un cementerio a orillas de la playa, lo tengo muy bonito y espero que tú vayas...
(1) https://cincodias.elpais.com/cincodias/2019/05/31/mercados/1559321324_065493.html
(2) https://reportajes.lavanguardia.com/cuanto-cuesta-tener-un-hijo/
(3) https://elpais.com/elpais/2019/05/20/eps/1558343935_344305.html
(4) https://elpais.com/elpais/2019/04/29/eps/1556549010_702559.html
(5) https://elpais.com/internacional/2019/06/02/actualidad/1559497654_560556.html
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