Son los dilemas de cada país. Se llama nacionalismo, un sótano repleto de símbolos fantasmales, envueltos en sábanas para que no cojan polvo
El pasado domingo, los suizos votaron en referéndum si las vacas deben, o no, lucir cuernos. Para los resultadistas, diremos que finalmente se impuso el no, por un 54%. Hace poco más de un mes, en Betanzos, La Coruña, el ayuntamiento se decantó del lado de los sincebollistas en otro litigio de estado, el de la tortilla de patatas con o sin cebolla (2). Son los dilemas de cada país. Se llama nacionalismo, un sótano repleto de símbolos fantasmales, envueltos en sábanas para que no cojan polvo. "Para los legisladores de mi país, un símbolo merece más defensa que una persona", escribe Víctor-M. Amela en La Vanguardia. "Hemos votado a políticos sólo pendientes de amparar a los ofendiditos por esto, por aquello y por lo de más allá, y hemos transferido nuestra dignidad individual a unas telas de colores", prosigue en referencia a la imputación de Dani Mateo por su polémico gag con la bandera (3).
Precisamente, Víctor-M. Amela publica ahora: Yo pude salvar a Lorca, frase que el periodista, cuando tenía diez años, le escuchó decir a su abuelo, afiliado a Falange por el poeta Luis Rosales, en cuya casa, creyéndose a salvo de represalias, se refugió el poeta granadino, "¡el desaparecido más buscado y amado del mundo!", según destaca Amela (4). Meses antes de su muerte, Federico García Lorca había sido denunciado por injurias a la Guardia Civil en su Romancero Gitano. El denunciante, un tal Manuel Navarro Celma, fue un anarquista barcelonés con dotes camaleónicas y pedigrí de soplón, que pasó buena parte de su vida dedicado al chantaje, según investigó el periodista cultural de La Razón, Víctor Fernández. Entre sus extorsiones, trató de sacar tajada de la antigua empresa para la que había trabajado como vendedor, Espasa-Calpe, editorial que, curiosamente, estaba publicando con enorme éxito el Romancero de Lorca. Por aquel delito acabaría encarcelado, lo que hace pensar, en palabras del periodista de La Razón, "que Navarro Celma quería vengarse de Espasa-Calpe y vio en el Romancero gitano un buen vehículo con el que poner al sello entre la espada y la pared"(5).
Ya ven, la Historia echando la tarde, otra vez, entre sus dos canales favoritos, pasado y presente, que pugnan por la audiencia mientras ajustan cuentas pendientes. José Emilio Pacheco lo apuntó con verso feroz en su brevísimo Antiguos alumnos: "Ya somos todo aquello contra lo que luchamos a los 20 años".
(1) https://elpais.com/internacional/2018/11/23/actualidad/1542995659_120562.html
(2) https://www.lavanguardia.com/comer/al-dia/20181011/452298407441/betanzos-elimina-cebolla-tortilla-patatas.html
(3) https://www.lavanguardia.com/television/20181125/453135549922/simbolos.html
(4) https://www.lavanguardia.com/cultura/20181125/453135105765/victor-amela-libro-yo-pude-salvar-lorca-entrevista.html
(5) https://www.larazon.es/cultura/lorca-el-anarquista-estafador-que-llevo-al-poeta-a-juicio-AH17233614
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