¡Alto! Comienza el Mundial. Fútbol por los cuatro costados. Ya rueda el balón. Todo lo que no sea esférico es secundario
Ha ocurrido en Uruguay. La Universidad Católica ha suspendido sus clases en lo que dura el Mundial de Rusia. Lo primero es lo primero. El vicerrector, Álvaro Pacheco, firmaba una circular donde argumentaba: "Una de las misiones principales del universitario es estar atentos a la realidad que nos rodea, desde un espíritu crítico, académico, pero también inmersos en ella, vibrando y participando con la sociedad. Es evidente que el deporte en general, y especialmente el fútbol, es un elemento que nos define como uruguayos, y que tiene la virtud de crear un sentimiento común de unidad que es poco común en nuestros días"(1).
Con Uruguay exportando su mensaje ecuménico, al resto no nos queda otra que apechugar con una realidad mucho menos misericorde. Aquí, en el mejor de los casos, si la Roja gana el Mundial, te regalan una tele o una pizza. Algún día, Cuarto Milenio desvelará los motivos reales de la fuga de Lopetegui. No se extrañen de un complot por parte de alguna cadena de electrodomésticos para ahorrarse el órdago. La contrarréplica optimista la pone James Rhodes. El pianista y escritor británico continúa sus panegíricos sobre España. Ahora toca la merienda, secreto cultural que "os hace superiores", reflexiona (2), mientras cae Juan Manuel Espada Prieto, El Tarta, último superviviente de la estirpe quinqui, una especie de Makinavaja que, a sus 67 años y con más de cuarenta en el gremio de los bandidos, llevaba nueve atracos en el último mes. Con un currículum penitenciario de escándalo, anterior incluso al sistema informático de la Policía, El Tarta, apodado así por su tartamudeo, repetía coreografía en sus "golpes", a cara descubierta, pistola en mano, vestido de punta en blanco, casi siempre educado, esperando su turno en la cola de la sucursal bancaria para acabar huyendo en autobús (3).
"Chorizo" anacrónico para maridar con una buena botella del mejor aire del siglo XX. Las vende Luis Mohedano, con sello notarial adjunto. A 60.000 mil euros la broma. Tiene más de mil para descorchar (4). El próximo 11 de octubre, tal vez, se dé la ocasión perfecta para el brindis. Será el día en que se recupere el vuelo sin escalas más largo del mundo, el que une Singapur con Nueva York, 17.600 kilómetros de ruta aérea, en una estancia de casi veinte horas en el cielo (5).
Somos carne de patrón. Serenos de la simetría. Nos adormece el cuento con su dieta saciante de perdices. Que levante la mano quien acepte preguntas que son tempestades
En las antípodas del paraíso celestial, Gabriela Cañas, en El País, titula su columna: "Hay que ilegalizar los infiernos", enésimo grito en pos de los derechos humanos (6). "En realidad son cinco los elementos de la naturaleza, porque en este mundo el dinero es tan importante como la tierra, el agua, el fuego y el viento", remarca Godfrey Reggio en una conversación mantenida con Héctor Llanos (7). El realizador estadounidense fue monje antes que cineasta. Los olvidados de Buñuel marcaron su epifanía. Creador de una de las trilogías más raras de la historia del celuloide, el director, de visita en España, no ha querido perder la ocasión para hablar del Aquarius: "No somos capaces de reconocer que los países desarrollados están directamente relacionados con la destrucción que se vive en el tercer mundo. Y todo porque estamos demasiado ocupados persiguiendo la felicidad tecnológica”.
En Cuba se trapichea con esa felicidad de software. Es el racionamiento digital, en un país donde solo tienen acceso a internet el cinco por ciento de los hogares. Bajo el nombre de Paquete Semanal, se trafica con un terabyte de archivos que son una ventana al mundo. Series, novelas, películas, música... se distribuyen en lápices de memoria que van de mano en mano a un precio que oscila entre los tres y los cinco pesos. Es la fórmula clandestina de no quedarse definitivamente al margen (8).
Y es que somos carne de patrón. Serenos de la simetría. Andamos ebrios de certeza de grifo. Nos adormece el cuento con su dieta saciante de perdices. Que levante la mano quien acepte preguntas que son tempestades. Terence Moix ensayó el cuestionario: "¿Qué pasa con las doscientas personas que han muerto en accidente de tráfico viajando a Lourdes en busca de un milagro?"(9).
En Cuba se trapichea con esa felicidad de software. Es el racionamiento digital, en un país donde solo tienen acceso a internet el cinco por ciento de los hogares. Bajo el nombre de Paquete Semanal, se trafica con un terabyte de archivos que son una ventana al mundo. Series, novelas, películas, música... se distribuyen en lápices de memoria que van de mano en mano a un precio que oscila entre los tres y los cinco pesos. Es la fórmula clandestina de no quedarse definitivamente al margen (8).
Y es que somos carne de patrón. Serenos de la simetría. Andamos ebrios de certeza de grifo. Nos adormece el cuento con su dieta saciante de perdices. Que levante la mano quien acepte preguntas que son tempestades. Terence Moix ensayó el cuestionario: "¿Qué pasa con las doscientas personas que han muerto en accidente de tráfico viajando a Lourdes en busca de un milagro?"(9).
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