Fueron más de cuatro horas de interrogatorio con regusto a reality. Una pantomima como un Congreso, para no sacar nada en claro, con cada uno de los personajes, o concursantes, o diputados, montando el cirio por su cuenta con tal de llevarse un viral de recuerdo
Sí, la imagen tiene su miga. Y también su nostalgia de merienda en la calle, sin extraescolares, solo a base de onzas, sin preguntarse siquiera cuántas abdominales harían falta para tener tableta. Es el pan con chocolate, receta prefoodie en tiempos de Parchís, cuando el Vamos a contar mentiras era un hit para niños, al que ayer, el expresidente del gobierno, José María Aznar, le quiso rendir homenaje durante su sonora comparecencia ante la comisión que investiga la financiación irregular del PP. Aznar, que llevaba tiempo suplicando un bolo, no desaprovechó el minuto de gloria para demostrar que todavía tiene gasolina para otra gira. Fueron más de cuatro horas de interrogatorio con regusto a reality. Una pantomima como un Congreso, para no sacar nada en claro, con cada uno de los personajes, o concursantes, o diputados, montando el cirio por su cuenta con tal de llevarse un viral de recuerdo. El espectáculo, que echó en falta a Jorge Javier moderando, coincidió con una noticia de la que se hicieron eco gran parte de los medios: "Un turista inglés que salvó a dos niños de morir ahogados reclama ahora una compensación"(1). Es el vivo retrato del héroe a sueldo, complemento circunstancial de un patriotismo que lleva la propina por montera. Al final de la jornada solo faltó que el expresidente celebrara su reaparición al más puro estilo Cristiano, con grito y sin camiseta. Total, la jeta y el narcisismo, así en la política como en el fútbol, solo se sancionan con una amarilla.
(1) https://www.lavanguardia.com/vida/20180918/451881553455/turista-ingles-heroe-pide-compensacion.html
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