El auge antinatalista escandaliza a los mismos hipócritas de guante blanco que fomentan los valores de una economía deshumanizada
Dice Pérez-Reverte que "leer libros modifica el paisaje. Con el cine también ocurre, pero menos"(1). Por poner un ejemplo, en Cafarnaúm, el dramón libanés que podría convertir a su directora, Nadine Labaki, en la primera mujer árabe que gana un Oscar a la mejor película extranjera (ya logró el Premio del Jurado en la pasada edición del Festival de Cannes), un niño, condenado a la más absoluta miseria en las calles de Beirut, denuncia a sus padres por haberlo traído al mundo. La historia coincide con la de ese otro joven indio, este de carne y hueso, que hace unos días sorprendió a la prensa anunciando a bombo y platillo una demanda contra sus progenitores por haberlo concebido "sin su consentimiento"(2).
Desde La Vanguardia, Quim Monzó recuerda que el Partido Popular ha propuesto que las familias con dos hijos sean consideradas como numerosas, rebajando las leyes que regulaban el fornicio reproductivo, la primera de 1941, que estipulaba que, para ser considerada numerosa, una familia debía tener cuatro o más hijos. La segunda, de 1994, que redujo la cifra, teniendo en cuenta la nueva calidad del semen, a tres. "Si seguimos por este camino reduccionista, un día no muy lejano, con tener un único hijo habrá suficiente", sentencia (3), en medio de un repunte antinatalista que escandaliza a los mismos hipócritas de guante blanco que fomentan los valores de una economía deshumanizada.
Contra esa anemia demográfica, en las antípodas de La gran familia del genial Pepe Isbert, Fernando León de Aranoa ideó una prole de alquiler en su brillante ópera prima La familia, donde un solitario empedernido contrata a unos comediantes para tener compañía el día de su cumpleaños, veinte años antes de que el Reino Unido se plantease, siquiera, un "Ministerio de la Soledad". "No entiendo que en los colegios enseñen a ponerse un condón y no a recibir besos de abuela", escribe Ricardo F. Colmenero (4).
Ikea, autora del catálogo interior de nuestro tiempo y, por lo visto, fan incondicional de Zygmunt Bauman, ya ha intuido el negocio y ha lanzado un plan de alquiler de muebles, pensado para una juventud forzada al nomadismo con la venia de la sostenibilidad (5). Se trata de rentabilizar el centímetro cuadrado de la nueva vivienda liliputiense, hogares de quitaipón que funcionan como colmenas, donde Marie Kondo censura bibliografía, no más de 30 títulos por unidad familiar básica, lo que da mayor sentido a la frase de Manuel Vilas: "Sé que moriré sin leer muchos libros que me hubieran salvado la vida"(6).
(1) https://www.xlsemanal.com/firmas/20190210/sobre-libros-y-paisajes-perez-reverte.html
(2) https://www.elperiodico.com/es/extra/20190206/un-hombre-demandara-a-sus-padres-por-haberle-tenido-sin-su-consentimiento-7288894
(3) https://www.lavanguardia.com/opinion/20190207/46273988475/fomento-de-la-natalidad-dicen.html
(4) https://www.elmundo.es/baleares/2019/02/16/5c67cb5221efa0096a8b459a.html
(5) https://www.lavanguardia.com/economia/20190205/46227626958/ikea-nuevo-modelo-alquiler-muebles.html
(6) https://elpais.com/cultura/2019/02/11/actualidad/1549901422_542926.html
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