De todos los sentidos, ya ven, el común quizá sea el más necesario. Lo sabríamos con un poco más de Filosofía en los institutos, pero claro, eso nos llevaría al pensamiento crítico, a la duda razonable, a la pregunta incómoda, a todo ese jaleo de inquietudes que no caben en un informe Pisa
Semana de aquelarres y plagas. Llueven escorpiones en Asuán y migran los cangrejos gigantes en la isla de Navidad, hay quien declararía inconstitucional cualquier mitin con más de cinco féminas, sólo falta el báculo de Aarón tiñendo de carmesí las aguas del Nilo. Y la robótica se subleva. Ramses versus Terminator o, si lo prefieren, Yul Brynner contra Schwarzenegger, cuando el presente se aburre de sí mismo se pone a jugar con el calendario, que es un algoritmo que nunca falla. La última investigación sobre la capacidad ética de las máquinas (proyecto Delphi), según cuentan, ha sido un fiasco. El problema, por lo visto, es que el cacharro, después de horas y horas en internet, recopilando datos para forjarse un carácter bonachón, resulta que al final se ha vuelto racista, misógino y medio macarra. ¡Menuda sorpresa! Todo un equipo de científicos -con sus batas, sus diplomas y sus dioptrías de tanto leer a Asimov- para averiguar que si dejas solo al hijo de Robocop, aprendiendo todas las virtudes habidas y por haber en la Forocoches School de turno, lo más probable es que acabe votando a Trump. De todos los sentidos, ya ven, el común quizá sea el más necesario. Lo sabríamos con un poco más de Filosofía en los institutos, pero claro, eso nos llevaría al pensamiento crítico, a la duda razonable, a la pregunta incómoda, a todo ese jaleo de inquietudes que no caben en un informe Pisa. Suponemos, por ejemplo, que tendrá su lógica apostar por la Ley de Memoria justo ahora que la memoria se arrincona en los planes de estudio. Tendrá su lógica, digo, pero yo no se la encuentro. A no ser que estemos en la cháchara nuestra de cada día. Primero fue el Latín, luego la Historia y ahora la Filosofía. Con tanta exigencia educativa, ya no nos sorprende que todo un líder de la oposición apague la energía solar cuando sale Casimiro. Sí, ya sé que Pablo Casado se refería a que las formas de almacenamiento, a día de hoy, todavía son escasas y, a menudo, caras. Lo sé, o lo intuyo, porque decirlo no lo dijo, sólo hizo la gracia. Y ese es el problema, precisamente, que una parte de la política se ha vuelto chiste. A este paso, más que a partidos políticos vamos a votar a chirigotas. Verán qué risa al final de la película.
NOTA DEL AUTOR: El próximo sábado no habrá 'Brucelee' por un motivo muy especial: el blog se nos ha hecho libro, una selección con los mejores artículos publicados en este blog y otros medios, más las píldoras de opinión que se han emitido en Onda Cero Tarragona. Es un buen momento para agradeceros todo el apoyo recibido durante estos años. Si os apetece y os pilla de camino, estáis invitados a la presentación. (También podéis reservar vuestro ejemplar a través del mail bruceleemagazin@gmail.com). Lo dicho, muchas gracias. Nos vemos.