El club de la lucha

Bruce lee Magazín celebra cien artículos al raso, calados de relente, a cielo descubierto como Rafaela Aparicio en Mamá cumple cien años. Este, en el fondo, es un homenaje a los eternos secundarios




Hay pisos con vistas; pisos con dormitorio tipo suite, de alto standingpisos para el arrastre, puede que okupados; algunos, con sus muebles puestos; otros a medio hacer; o vacíos a cal y canto; y, ahora, para completar el repertorio: "Se venden pisos con ancianos en su interior", según titula El Español (1). Junto a los metros cuadrados o el número de lavabos aparece la edad del propietario, en una práctica, cada vez más común, en el argot de la profesión se habla de "piso con bicho", que refleja los redaños de la selva inmobiliaria, como un retrato azconiano, que también tuvo su versión hollywoodiense: Éxito a cualquier precio, la cinta que narraba en los noventa las peripecias de un grupo de agentes inmobiliarios al borde de un ataque de nervios, con Al Pacino y Ed Harris capitaneando un texto de David Mamet galardonado con el Pulitzer. Entre los secundarios, un semidesconocido Kevin Spacey, protagonista absoluto, años más tarde, de American Beauty, donde aparecía casado, vaya por Dios, con otra vendedora de inmuebles enloquecida por las comisiones. Son los vuelcos que da el cine. Y la vida. El director de aquella película de Al Pacino era un por entonces prometedor James Foley, antiguo fetiche de Madonna, reaparecido veinte años después dirigiendo las secuelas de Cincuenta sombras de Grey.  

Mientras, en Dresde, una residencia geriátrica reproduce estancias de la extinta República Democrática Alemana, al más puro estilo Good Bye, Lenin!, habitaciones del recuerdo que logran mejorar la vida de sus pacientes con demencia (2)

Por si falla lo demás, Javier Martínez Pastor, con previsión de meteorólogo y retintín de chirigota, dejó escrita su propia esquela en el Diario de Cádiz: "Yo, Javier Martínez Pastor, he muerto. Se dice que habrá una Misa Funeral en la Iglesia Castrense de San Francisco de San Fernando el día 25 de agosto del 2018 a las diez y treinta horas", rezaba el aviso (3), que contrasta con estas fechas de corticoles y curso todavía envuelto en plástico de burbujas. Para celebrarlo, Librotea en El País se une a la causa y traza una lista recurrente con los "mejores comienzos de la historia de la literatura"(4). Sin grandes sobresaltos. Apenas un infiltrado, Chuck Palahniuk, el autor de El club de la lucha, que cuela Asfixia en el listado. En sus primeras líneas, como un aspaviento existencial, puede leerse: "Al principio lo que se cuenta aquí te va a cabrear. Luego se volverá cada vez peor".


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