El feminismo perjudica seriamente la salud (o eso querrían algunos)

Adonde no llega el riego sanguíneo, llega el machismo de secano, que más que una paja mental es un estado geológico



 

Dice Vox que el feminismo es "radical" y "violento", y yo creo que se queda corto. No hay más que ver ese chat de fanáticas que fantaseaba con cargarse a "26 millones de hijos de puta" (suponemos que machos ibéricos). ¡Ah, no!, que no eran feministas, eran exmilitares. Archivamos causa. Pues hablemos de todas esas manadas de chicas que violan al primer tío con el que se cruzan al caer la noche. ¿Tampoco? ¿Y qué me dicen de todos esos hombres que mueren cada año apuñalados por sus parejas? Sí, ya sé que existen casos -lamentables, por cierto-, pero comparen cifras (no los bulos de guasap) y verán que "la violencia" feminista, como poco, se resiente. Vayamos al deporte y a los cientos de batallas campales que se producen los fines de semana entre grupos de feminazis. Nada. Esperen un momento, no se marchen, todavía debe quedar el comodín de la pandemia, ahí va eso: culpables de la propagación del bicho por las manifestaciones del 8-M de 2020. Aquello, más allá de la maldita gracia, fue, sin duda, una bomba de relojería, pero como tantas otras cuando nos creíamos intocables. Hablo del Carnaval, apenas quince días antes, la Champions, los metros abarrotados, las terrazas de los bares o el botellón de Vistalegre, precisamente, contra el 8-M. 

Entonces, ¿de qué va esto? Pues de armar un poco de bulla. Adonde no llega el riego sanguíneo, llega el machismo de secano, que más que una paja mental es un estado geológico. Hay partidos que son una broma. Antes, cuando uno quería echarse unas risas, se compraba una cinta de Arévalo en la gasolinera. Ahora, los chistes, los pone Vox. El problema es de quien se los toma a pecho. Seguramente, tampoco ayuda a profundizar en el debate que exista un ministerio tan sobreactuado como el de Igualdad, que cada vez que propone una ley le sale un meme. Y en ese corral de comedias, al final el que pringa es el propio 8 de marzo, convertido, poco a poco, en una romería de zascas. Luego llega el 9-M, el 10-M, el 11-M... y el violeta va perdiendo tono. 

Lo que no es de recibo a estas alturas es que las mujeres tengan que acudir a la oficina de reclamaciones. Mientras tanto, si de lo que se trata es de reivindicar la fecha, en Telecinco triunfa el feminismo en tanga de la isla de los cuernos; en Antena3, la pasión turca, y los hinchas del PSG insultan a Shakira. Pero eso es secundario.



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