De orgías y muros

A 30 años justos de la caída del muro de Berlín, el supuesto fin de la Guerra Fría nos ha dejado un calentamiento global que deshiela populismos. Cualquier fantasma, incluido el de James Dean, es revisitable con tal de protagonizar un drama bélico



Cerramos esta semana con dos "expulsiones en caliente". La primera en Francia: "La policía desaloja a 1.600 inmigrantes de dos campamentos en París"(1). La segunda, más al este: "Desalojadas 300 personas en una orgía en Alemania tras varios desmayos por inhalar monóxido de carbono"(2). A su manera, los dos titulares comparten el coitus interruptus de una fantasía sexual a medio cumplir en mitad de una Europa que se descose entre bacanales y chabolas. 

A 30 años justos de la caída del muro de Berlín, el supuesto fin de la Guerra Fría nos ha dejado un calentamiento global que deshiela populismos. Cualquier fantasma, incluido el de James Dean, es revisitable con tal de protagonizar un drama bélico (3). En apenas tres décadas, las diversas gamas de tabiques fronterizos se han multiplicado por siete en todo el planeta (4). De repente, todo es bandera, tarjeta roja y control de aduanas. "Con la identidad en la boca nos están robando la paz y la prosperidad, el respeto y la admiración entre nosotros, los sueños compartidos...", reflexiona Emma Riverola desde El Periódico. "Borren Catalunya o España del discurso de tantos políticos y ¿qué queda (5)

Lo mismo ocurre en las redes. Lo explica Edu Galán en Yo soy yo y mis multinacionales norteamericanas, donde reseña la última obra de Eli Pariser, El filtro burbuja, un ensayo que aborda el universo paralelo y virtual en el que habita cualquier ciudadano de Occidente: "Leerá los periódicos que le confirmen en su ideología, seguirá a los tuitstars que le digan lo que quiere oír o pondrá muchos Me gusta en unas publicaciones ayudando a que todas las demás desaparezcan, porque el sistema de Facebook funciona así. Y todo aquello que le moleste o le contradiga será refutado con un maravilloso y desproporcionado insulto, boicot o post indignado" (...); y al Tercer Mundo "que le den por el culo, nunca le veremos dentro de nuestra burbuja"(5). O de nuestro local de intercambio.

Viendo los derroteros, el humorista Guy Browning, tal y como recuerda Quim Monzó en La Vanguardia, publicó hace unos años una columna en The Guardian donde para salvaguardar la democracia animaba al personal a votar pensando en negativo, es decir, por descarte, hasta caer en la papeleta del candidato menos nocivo. Tal y como están las cosas, en esta jornada de reflexión no parece un mal consejo para encarar el domingo. A eso hemos llegado, de aquí a Namibia, a tomarnos las urnas como un antigripal, con la única esperanza de que amanezca el lunes y, con un poco de suerte, remitan las décimas y nos gobierne el menos suicida.


(1) https://www.elmundo.es/internacional/2019/11/07/5dc41acffc6c8356028b45eb.html
(2) https://elpais.com/internacional/2019/11/06/mundo_global/1573044782_302076.html
(3) https://elpais.com/cultura/2019/11/06/actualidad/1573067262_896224.html
(4) https://www.elperiodico.com/es/internacional/20191108/planeta-atrincherado-7714215
(5) https://www.elperiodico.com/es/opinion/20191108/articulo-emma-riverola-identidades-insaciables-7719613
(6) https://www.zendalibros.com/mis-multinacionales-norteamericanas/
(7) https://www.lavanguardia.com/opinion/20191109/471460053739/hoy-9-de-noviembre.html

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