El silencio de los corderos

El nuevo curso, que viene con GH VIP incorporado, arranca con polĂ­ticos que patalean a las puertas del hemiciclo, marcados por la escoliosis de sus carteras. A falta de series de miedo en el catálogo de Netflix, tenemos telediarios


Por una carambola hemos sabido que el salario mĂ­nimo de un futbolista de la Segunda DivisiĂłn ronda los 80.000 euros, un cafĂ© para Messi o una manzanilla para Griezmann. La cifra ha salido a relucir a raĂ­z del fichaje frustrado de Isaac Cuenca por el Reus, operaciĂłn que tiene su miga y, sobre todo, su titular la mar de apetecible: "La Liga impide jugar a Isaac Cuenca por cobrar poco"(1). El que fuera jugador del Barça con Guardiola y ex del Ajax y del Depor, entre otros, denunciaba vĂ­a Twitter que La Liga se habĂ­a negado a inscribirlo con el argumento de que "su cachĂ© estaba muy por encima de lo que establecĂ­a el contrato". En otras palabras, que podĂ­a haber gato encerrado en el negocio. El máximo estamento lo desmiente y precisa que la decisiĂłn solo responde a criterios econĂłmicos y a los problemas financieros que atraviesa el club catalán.

Sin entrar en el debate, la Verdad se la dejamos a esas comisiones retroactivas que están de moda (2), como si a estas horas no supiĂ©ramos que la verdad no es otra cosa que una mentira de diseño que goza de crĂ©dito mediático, ("una verdad suele ser la mitad de otra verdad que quizá no compartimos (...). Hay gente que no cabe en la verdad de otra gente. Y una vez ahĂ­ solo es posible llegar a las manos", escribe Antonio Lucas 3), lo que queda claro es lo mal vista que está la devaluaciĂłn profesional, que es poco menos que un escándalo, en una sociedad que basa el Ă©xito en los ceros de su nĂłmina. De poco sirve que el jugador haya explicado que quiere volver a su ciudad natal. Al algoritmo de una calculadora no le entra en la sesera, sin que huela a chamusquina, que un futbolista en edad de merecer, Isaac Cuenca todavĂ­a tiene 27 años, renuncie a una vida de aĂşpa, con tatuajes a porrillo y carromatos de lujo que se conducen sin puntos en el carnet. 

Por ahondar un poco más en la llaga, la polĂ©mica coincide con una oferta irresistible, la "del mejor trabajo del mundo", segĂşn anuncia la cadena de hoteles Vidanta, que ya ha abierto el casting en busca de un embajador que promocione sus establecimientos en AmĂ©rica Latina a travĂ©s de las redes sociales por el mĂłdico sueldo de 120.000 dĂłlares, unos 103.000 euros al cambio (4).

Son los prolegĂłmenos del nuevo curso, que viene con GH VIP incorporado y polĂ­ticos que patalean a las puertas del hemiciclo, marcados por la escoliosis de sus carteras. A falta de series de miedo en el catálogo de Netflix, tenemos telediarios. En Esperando a los bárbaros, Constantino Cavafis daba en el clavo: aguardar la llegada de todos los males es la excusa perfecta para que nadie haga nada mientras tanto. Y asĂ­ los numerarios recuperan posiciones en la retaguardia, "BBVA se lanza a vender alimentos frescos a travĂ©s de su canal online", desvelando el canibalismo de sus verdaderas intenciones: "La entidad inicia la venta de carne de alta calidad"(5)


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