La muletilla "no todos somos iguales" se ha vuelto frase cínica de culto frente a los micros, donde todo huele a rancio, dicen los expertos que como consecuencia de una molécula que se produce en la piel a partir de los treinta, nuevo filón para la industria de la cosmética
Hoy Google se ha despertado como un bisonte en un encierro. Se cumplen 139 años del descubrimiento de la cueva de Altamira, "la capilla sixtina del arte paleolítico", remarca El País (1). Olfateada por el perro de presa de un tejero asturiano durante una cacería, tuvo que ser la hija de un terrateniente, bisabuelo de Emilio Botín, la que descubriera las pinturas rupestres, consideradas un timo en la época por los acérrimos del creacionismo. Sea cierta o no la cita, Picasso atinó con el eslogan: "Después de Altamira, todo es decadencia".
La efeméride, cosas del destino, comparte fecha con "la carrera más sucia de la historia", la de la final de los cien metros lisos de los Juegos Olímpicos de Seúl, disputada también un 24 de septiembre, pero en este caso de 1988. La ganó Ben Johnson, que paró el crono en 9,79 segundos, todo un récord mundial que apenas duró un suspiro, lo que tardó en confirmarse el dopaje, en una prueba donde al menos seis de los ocho esprínters consumieron sustancias ilegales (2).
En otras carreras adulteradas, o mejor dicho en otras cloacas, fondea El reino, la última película de Rodrigo Sorogoyen, el autor de Que Dios nos perdone, que regresa con un thriller "incómodo y eléctrico" sobre la corrupción política en España, una cinta que ya ha deslumbrado en el festival de San Sebastián (3). Tal vez, la guinda cinéfila a una época en que la muletilla "no todos somos iguales", popularizada por la exministra Carmen Montón y retomada por Pablo Casado, se ha vuelto frase cínica de culto frente a los micros, donde todo huele a rancio, dicen los expertos que como consecuencia de una molécula, la 2-nonemal, que se produce en la piel a partir de los treinta, al oxidarse los ácidos grasos, y que provoca "el olor a anciano"(4), otro aliciente más para llevarse al espejo, auténtico filón de la industria de la cosmética, que ya ha lanzado una fragancia para oler a joven, eau de toilette que arrasará sin duda en los tocadores del ministerio.
Con semejante guion no es de extrañar que dos jóvenes talentos abandonen la trama. Hablamos de Carlos Alcántara y Sheldon Cooper, el escritor en ciernes que busca la gran novela de la memoria histórica en Cuéntame y el científico excéntrico que ha hecho bandera del frikismo en The Big bang Theory, dos de las mayores ficciones de los últimos tiempos que, justo ahora, estrenan temporada. Será la última en el caso de la sitcom, con más de diez años en antena, una década en la que nadie se ha dignado a arreglar el ascensor del edificio, eternamente roto, como por influjo de la Bruja Avería, símbolo estructural de un deterioro que se nos ha hecho crónico. Y lo que nos queda.
(1) https://elpais.com/cultura/2018/09/24/actualidad/1537769625_914876.html
(2) http://www.marca.com/atletismo/2018/09/23/5ba7e61246163f559d8b457e.html
(3) http://www.elmundo.es/cultura/2018/09/22/5ba64e4dca47415d5a8b4632.html
(4) https://elpais.com/elpais/2018/09/19/buenavida/1537366403_026618.html
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