El abuelo que saltó por la ventana y se largó

El kilo de ruido, como el de silencio, varía de precio según la lonja. Con efectivo en la billetera, lo mismo se puede disfrutar de Loquillo en un anuncio de Vodafone que de una celda en una cartuja



Cada crisis viene con sus complementos, como una Barbie Malibú. Los complementos son importantes porque conforman nuestro fondo de armario de animal simbólico, ese cajón del lavabo, junto al espejo, donde acumulamos potingues para ahuyentar el miedo. De ésta salimos con un puñado de amuletos nuevos y algunos gestos que nos delatan: "El fútbol se verá gratis en las residencias de ancianos". 

En un comunicado conjunto, LaLiga y Mediapro aseguran que de lo que se trata es de "romper el aislamiento y la soledad que vienen soportando tanto los residentes como el personal a su cuidado tras la crisis sanitaria". La medida, aunque no haya sido tan comentada en El Hormigueroes tan histórica o más que el ingreso mínimo vital. Prepárense, ahora que no se puede acudir a los estadios, para ver una avalancha de hijos y nietos, hinchas del Barakaldo, por ejemplo, reconciliándose con sus padres y abuelos, visitándolos de nuevo para revivir en familia el partidazo de los domingos. La putada es para quienes han perdido durante este trago a un familiar en la residencia, porque se quedan sin el ser querido y sin fútbol en abierto que lo remedie. Tampoco se extrañen si aparece alguna plataforma proderechos del entretenimiento que reivindica el carácter retroactivo de la iniciativa, ¿por qué no? Nada une tanto como el interés y la barra libre. 

Con Vox es muy probable que se hubiera añadido al pack la emisión de la próxima Feria de San Isidro. Y en caso de centrismo, si es que queda algo de tiki taka político, puede que también se hubiera incluido Netflix gratuito para los afectados por el cierre de Nissan o porno ilimitado para adolescentes sin patio. Es la manera que algunos tienen de reconstruir el país a base de esdrújulas para que no se note que el verso cojea. Se le sube el sueldo a la Guardia Civil (que seguro que lo merece) y a los médicos se les aplaude. Lección ultrarrápida: si quieres un aumento, escribe un informe chapucero. Quiero decir que el kilo de ruido, como el de silencio, varía de precio según la lonja. Con efectivo en la billetera, lo mismo se puede disfrutar de Loquillo en un anuncio de Vodafone que de una celda en una cartuja. Cada uno, eso sí, haciendo la mili en su pantalla de luz azul, que es el tipo de luz que desprenden los dispositivos que usamos, como la luz ultravioleta, pero en vez de broncearnos, nos deja como a un pitufo encabronado.




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