El turismo, que se presentó en sociedad como una feria, algo así como el calcio de las economías subdesarrolladas, ha degenerado en una marabunta capaz de doblegar al mismísimo Charlton Heston
Si tiene pensado salir al campo este fin de semana con la familia, ojo con ir al Everest, las colas son kilométricas. Desde hace unos años, subir al techo del mundo para hacerse un selfi con panorámicas se ha convertido en el capricho del alpinismo dominguero. Aprovechan la primavera para ascender por la cara sur, el perfil más amable de la escalada, puestos de oxígeno hasta las cejas, cada uno con su personal sherpa, hasta que algún oligarca nepalí, viendo el negocio, decida montar su resort con un teleférico para tortolitos, convirtiendo la cima en un nidito de edemas. La imagen es surrealista (1). Nada que envidiar a una playa de Benidorm en temporada alta o a una parada del metro de Tokyo en hora punta. Lo que un día fue una hazaña al alcance de unos pocos, hoy es un negocio rentabilísimo para escaladores de rellano que dejan a su paso una cordillera de basura. El turismo, que se presentó en sociedad como una feria, algo así como el calcio de las economías subdesarrolladas, ha degenerado en una marabunta capaz de doblegar al mismísimo Charlton Heston. No hay tribu o lagartija que se escape del radar de Frank de la Jungla. Y con un minuto de gloria en Discovery Channel o en Netflix hay más que suficiente para que todo quisqui se lance a la conquista low cost del destino encerado a fuerza de filtros, en plan Cristóbal, Cristóbal Colón, agente con licencia católica para turoperar. De lo que se trata es de tener los mismos cromos del vecino de arriba en Instagram, y de hollar mucho, en su doble acepción: dejar huella y humillar, como un Imserso de hunos. Así que si por casualidad, da usted con un rincón idílico mientras busca champiñones, hágale un favor a la micología y no comparta el hallazgo en Facebook, practique el egoísmo sostenible, se necesitan muchos gollums para salvar el planeta.
(1) https://elpais.com/deportes/2019/05/23/actualidad/1558628544_907769.html
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