Tristes años veinte: Episodio I, el ataque de los drones

No falta mucho para que los telediarios se sostengan con una investidura, dos tornados y una supercopa en algún emirato



Hay padres que fantasean con que su hijo sea el nuevo Messi, o un clon de Cristiano Ronaldo, y otros que prefieren que sea el futuro Aznar o, como poco, Rubalcaba. A ciertas edades, cada uno desarrolla sus parafilias como puede. Esta misma semana, decenas de padres, en una imagen más propia de una cola de fans a la caza de una entrada para la última gira de Extremodurohan pasado "día y medio al raso", según informa El País (1)para lograr que sus hijos estudien en Santa Bernardita, el colegio infantil que abre las puertas a El Pilar, la exclusiva cantera de los marianistas en el barrio de Salamanca donde se forjan los cracks del IBEX 35. No deja de ser curioso que en pleno siglo XXI, los líderes del futuro sigan formándose donde los hacían los gurús antediluvianos.

La escena ha dado la vuelta al kiosco. El periodismo que nos espera tiene algo de kilómetro cero, no por activismo ecológico sino por falta de presupuesto para la gasolina, el enchufable o el híbrido. "Sabemos muy poco de lo que ocurre. Nos llegan crónicas de voluntarios, pero no pueden competir contra seis enviados especiales en la tormenta local", critica David Trueba (2). No falta mucho para que los telediarios se sostengan con una investidura, dos tornados y una supercopa en algún emirato.

Viendo cómo amanece este 2020, para aquellos padres preocupados por el porvenir de sus retoños, cabe recalcar que hay precariedad más allá de Masterchef u Operación Triunfo. Entre los oficios del futuro, son tendencia: camello de citas en los lavabos del congreso y sicario con dron propio. El primero es un aquí te pillo, aquí te mato de frases célebres. Una especie de Tinder para políticos que no tienen tiempo de relaciones literarias estables. Es fundamental que los párrafos que se trafican sean reversibles, quiero decir que sirvan del derecho y del revés, de izquierda a derecha y viceversa, como un palíndromo, para que el autor en cuestión pueda ser exhibido en el hemicirco de los diputados sin que a nadie se le caiga la cara de vergüenza. En cuanto al sicario con carné de dron, estamos ante un kamikaze pro evolution, la uberización del sindicato del crimen sin las interferencias morales de magistratura o de la ONU

Y puesto que Babelia dedica su número al aforismo, en su condición de tuit jurásico, cerramos este artículo de despropósitos para año nuevo con un consejo de Michel Houllebecq válido para cualquier alumno de extrarradio: "No temáis a la felicidad: no existe".


(1) https://elpais.com/ccaa/2020/01/08/madrid/1578467369_515117.html 
(2) https://elpais.com/elpais/2019/12/30/opinion/1577712330_214899.html

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