Las arengas son cosa de romanos y por eso el mitin, en esta campaña de escapularios, se encierra en el estudio, donde solo ofrece acústicos para palmeros consagrados
La revolución se ha caído de la lista de afrodisíacos. Ya no nos pone ni en prime time. Hace siglos que perdió hasta su encanto cinéfilo. La última reposición de Espartaco, anoche mismo en La 1, apenas superó el 7% de audiencia, lo que deja claro que las arengas son cosa de romanos y que por eso el mitin, en esta campaña de escapularios, se encierra en el estudio, donde solo ofrece acústicos para palmeros consagrados. En lo que dura la película, como los esclavos no tuitean, estamos más atentos del diálogo bisexual entre Antonino y Craso o del partido bajo en defensas que juegan City y Tottenham, que de la trama, en un miércoles nocturno sin un mísero reality que llevarse a la boca, camino ya del puente, no sabemos si para tirarse o cruzarlo.
En una escena de Revolutionary Road, Michael Shannon, el matemático al que le han frito la lucidez a base de descargas, le pregunta a los envidiables Leonardo di Caprio y Kate Winslet: "¿De qué huye una pareja como vosotros?" Di Caprio responde: "Huimos de esta vida irremediablemente vacía".
Juan José Millás, en su labor de notario de establo, apunta: "Lo mejor de las fiestas, como todo el mundo sabe, son sus vísperas. Lo mejor por lo tanto del sábado es el viernes. Hasta Robinson Crusoe, viviendo en una isla, encontró ese día un hombre que vino a aliviar su soledad (...) El sábado, en un grado u otro, siempre decepciona (...)". Y el domingo, "entre nosotros es el último día de la semana, pero en algunos países es el primero. Significa que no sabemos qué hacer con él, sobre todo a la caída de la tarde, cuando miramos por la ventana y nos viene a la memoria aquel verso de Gil de Biedma: Quizá tienen razón los días laborables".
(1) https://elpais.com/cultura/2019/04/17/actualidad/1555521222_229667.html
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