Otro juego de patriotas

Somos un país de matones virtuales. Para eso sirven las redes, para sacar al terrorista que llevamos dentro, y qué quieren que les diga, si hay que dar matarile, mejor de boquilla, nos ahorramos un pastón en cunetas


Los militares retirados se parecen a los entrenadores sin equipo, se vuelven comentaristas. ¿Quién no ha matado alguna vez por un chat a "26 millones de hijos de puta"? El mensaje, filtrado por InfoLibre, pertenece al grupo de whatsapp de unos militares retirados, la mayoría, altos mandos de la XIX (no es el siglo) promoción de la Academia General del Aire, ya saben, oxígeno, nitrógeno y argón, sin forma definida... También es mala suerte que cada vez que se hable del ejército del aire sea por un cirio. La última vez que fueron número uno en Los 40 Principales fue por aquello del paracaidista colgando de una farola durante el desfile de las Fuerzas Armadas.

Dicho lo cual, al chat se va para cortar las dos orejas y el rabo. O qué esperaban, ¿que en una cuadrilla de machotes se compartiesen las mejores recetas tradicionales de pollo en pepitoria? Los raperos acribillan en rima asonante y los militares fusilan por whatsappEs el signo de los tiempos, somos un país de matones virtuales. Para eso sirven las redes, para sacar al terrorista que llevamos dentro, y qué quieren que les diga, si hay que dar matarile, mejor de boquilla, nos ahorramos un pastón en cunetas. Lo que no quita que nos hagamos un montón de preguntas -el ciudadano desarmado es jodidamente curioso-, así que al tema: una vez conocida la cifra, ¿es solo simbólica o existe un Excel con los nombres y apellidos de los agraciados? Quiero decir, como en una convocatoria de Luis Enrique. Y si realmente existe, ¿quién es el que reparte los carnés de patriota? Sí, ya lo sé, los buenos son los del banderín de córner, o sea, los de la esquina de la grada. Forma parte de todo ese pensamiento binario que va sumando autómatas a la causa. O estás con los míos o al paredón, nada de medias tintas, aquí no hay espacio para los matices, ni para los sensatos, porque de ellos no será el reino de Zuckerberg.

Y ya por último, si no hay vacunas para todos, ¿de dónde va a salir tanta bala? Parece un chascarrillo de Gila. De hecho, si lo piensan, este año, el 2020, comenzó con un especial de José Mota, Heil Gila, un golpe de estado reivindicando el papel sagrado de la risa. Un poco, lo mismo que ahora, solo que esta vez no tiene ni pizca de gracia. Sorprende ver con qué normalidad asumimos lo inaceptable.






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