A los de la Virgen del Puño, el ingreso mínimo para familias vulnerables les suena a cine surcoreano sin subtítulos. Creen que con 500 euros, cualquiera puede hacer acopio de Ferreros Rocher por si en el próximo confinamiento toca montar una pijama party con los colegas del paro
No sé qué me está pasando, será la falta de melatonina o el atracón de fútbol retro, pero al final me he enganchado a las ruedas de prensa que da el gobierno. Fue el pasado sábado, durante el monólogo de Pedro Sánchez y su ya famoso: Bienvenido a la desescalada independiente de mi casa. Sé que llego tarde, van por la quinta temporada, según me cuentan los seriófilos, pero vistas del tirón (sofá, mantita y maratón de comparecencias) son un planazo. Desde La Hora de Bill Cosby, no me reía tanto. Que si hemos comprado 27.000 Satisfyer que no succionan; que si hay un contubernio facha-masónico; que si es triste pedir likes pero más triste es robarlos... Como un especial de José Mota, pero escrito por un guardia civil de Puertollano fan de Bob Esponja. Con la troupe saludando: Heil Gila. Hay políticos que todavía no han entendido que el lujo de una democracia no es votar a Teruel Existe, que también, sino criticar a quien gobierna sin acabar en el calabozo. Lo avisa Josep Ramoneda: "Cuidado con los derechos: se sabe cuando se pierden, pero nunca cuándo se recuperarán"(1).
Por si fuera poco, también hay coñistas del otro lado del Pisuerga. Ya habrán escuchado ustedes el reguetón ese de Dame la paguita. Si hace unos días, el Fondo Monetario Internacional anunciaba el apocalipsis zombi de la economía española, ahora el Banco de España, con gafas de sol y capucha, estilo Piqué en el PokerStars, dobla la apuesta. Pero ni con esas. A los de la Virgen del Puño, el ingreso mínimo para familias vulnerables les suena a cine surcoreano sin subtítulos. Creen que con 500 euros, cualquiera puede hacer acopio de Ferreros Rocher por si en el próximo confinamiento toca montar una pijama party con los colegas del paro. Hace tiempo que el ascensor social se estropeó en el entresuelo. Ahora le llaman distanciamiento, en las crisis todo se rebautiza, pero es la diferencia de clases de toda la vida. Villarriba y Villabajo. Y no hay milagro económico que lo solucione. Otra cosa es ayudar a un empresario del IBEX. Ahí, felices los cuatro: la Bolsa, la patria, Cofidis y el paraíso fiscal de turno. En la misma línea, los obispos. Subsidio, sí; pero solo un rato. No me toquen a los pobres. La limosna civil es una equis menos en la casilla de la iglesia. O algo parecido. No domino la nueva gramática del arameo.
Enric González lo deja claro en El País: "En circunstancias como estas, lo evidente se hace aún más evidente. Por ejemplo, que dependemos absolutamente de quien trabaja tras un volante o ante una caja, de quien reparte sobre dos ruedas, de quien friega los suelos, de quien nos atiende en el hospital: dependemos de personas mal pagadas, con empleos precarios, víctimas predilectas de quienes recortan presupuestos y derechos laborales"(2). Dicen los expertos que lo que estamos viviendo es un ensayo general del futuro, pero si esto es lo que nos espera, yo no me suscribo. Prefiero, en honor al Día Mundial de Los Simpson, suplicar como lo haría Homer: "Sabes que no soy aficionado a rezar, pero si estás ahí arriba, sálvame Superman"(3).
(1) https://elpais.com/elpais/2020/04/22/opinion/1587554208_782263.html
(2) https://elpais.com/ideas/2020-04-17/la-punalada.html
(3) https://www.lavanguardia.com/cribeo/fast-news/20200418/48569903636/mejores-frases-nos-han-dejado-simpsons-largo-historia-dia-mundial.html
Muy bueno!! Increíble juego de metáforas y estoy al 200% contigo, bravo.
ResponderEliminarMuy acertado. Lo que está claro es que cuando las cosas vienen mal dadas, los que sacan las castañas del fuego son algunas profesiones y oficios no tan reconocidos. Que valga este comentario para mi agradecimiento a todos ellos.
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