Los abuelos del futuro podrán explicar a sus nietos, orgullosos, que vivieron el martes, y el miércoles, y el jueves... con la luz más cara de la historia
Hay dos maneras de ver los pantanos, medio llenos o medio vacíos. Iberdrola, por ejemplo, los ve medio llenos, por eso los vacía. Se llama optimismo energético y marca el carácter de una época que acepta cualquier saqueo bajo la excusa más peregrina, porque el kilovatio sigue por las nubes, así que ya tenemos la primera conclusión de este curso: andar exprimiendo embalses no funciona. La cuestión es que no paramos de vivir días históricos. Antes, los abuelos tenían que conformarse con contar a sus nietos una batallita del Ebro o que una vez, de rebote, se cruzaron con Ava Gadner en la Gran Vía. Los abuelos del futuro serán otra cosa, podrán explicar, orgullosos, que vivieron el martes, y el miércoles, y el jueves... con la luz más cara de la historia.
Pero nosotros, a lo nuestro. Iberdrola, mira por donde, era el capricho de Florentino Pérez antes que Camavinga. El presidente del Real Madrid y ACS (empresa megaconstructora) intentó hacerse con el control de la eléctrica. La guerra entre Iberdrola y ACS da para un coleccionable de otoño, y por ahí anda Villarejo, que no se pierde un chanchullo. Para no caer en manos de Florentino, el presidente de Iberdrola, José Ignacio Sánchez Galán, apostó por Qatar, que se ha convertido en el principal accionista de la compañía eléctrica. Además, impulsó la creación del Comité Empresarial Qatar-España, con la crème de la crème de las altas finanzas, entre otros, Joseph Oughorlian, presidente del grupo Prisa, o Javier Tebas, capitoste de la Liga y enemigo acérrimo de Florentino desde que intentó montar su competición para ricos (lo explica, mejor que nadie, Enric González en su columna Fuera de juego). Qatar -para los no futboleros- es el propietario del Paris Saint Germain, equipo todopoderoso que Florentino Pérez, cosas del azar, dejó fuera de su pachanga. Y ahí entra en escena Mbappé. El jugador francés es el último sueño erótico del nuevo Bernabeu. Y, visto lo visto, puede que su fichaje se convierta en un zasca entre los amos del universo.
Durante un tiempo, sin embargo, la niña bonita de Qatar fue el Barça. Se vivía a tutiplén, con balones de oro para cada recogepelotas. Luego vino eso de la mala conciencia, que es un asunto muy noble, te permite romper con los emiratos en horario de partido y coquetear con el Kremlin en época de estelada. Todo, claro está, según el New York Times, que es ese panfleto mesetario que publica cualquier trola. El resultado de tanto idealismo es que primero desfiló Neymar y ahora se ha pirado Messi. De Neymar, precisamente, hemos conocido algunos detalles de su contrato. Al pastón que cobra del PSG, se suman todo tipo de primas, como un "bonus ético" para que sea simpático con los aficionados. 541.680 euros. Todos los meses. Ahí es nada.
Fernando Fernán Gómez, que nunca llevó demasiado bien eso de ser un influencer, mandó a la mierda a un tipo que le pedía insistentemente un autógrafo. El señor en cuestión era un admirador, a lo que el actor (se cumplen 100 años de su nacimiento) replicó con vehemencia: "¡Pues déjeme de admirar!" Es lo mejor, sin duda, de no tener ciertas clausulas, que uno puede darse el gusto, incluso, de ser un maleducado mientras los señoritos juegan al PC Fútbol.
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