Por no hablar de esa borrasca del copón, con nombre de modistilla en los Episodios Nacionales. Por suerte, tenemos luz para calentarnos, a precio de caviar, pero tenemos. En la Cañada Real, ni eso
Nos vamos un minuto y al volver, nos han cambiado la contraseña del mundo. Ocurre últimamente, pasan muchas cosas en Twitter, todo el tiempo, a toda pastilla, una excusa tan peregrina como otra cualquiera para no despegarnos del móvil. A este ritmo de patochadas por segundo va a haber que ensanchar los canales de 24 horas en directo, y darles, qué se yo, 27, o 35 horas non stop, según los centímetros de nieve que cubran el lomo de los vehículos híbridos.
Desde que no nos leemos, decíamos, han pasado muchas cosas, Wonder Woman, por ejemplo, ha comprado la casa de Miss Universo. Es importante porque el mensaje del Rey, muy esperado por la audiencia, volvió a parecerse al discurso de cualquier aspirante a Miss Simpatía, salud, amor, concordia y ensaladilla rusa para todos los súbditos, incluido James Rhodes, que se estrena con la selección española por Carta de Naturaleza, que es como el Código Civil llama al enchufismo puro y duro. Puede que la 'anticasta' también fuera esto, o una ronda de indultos, medidas sacrosantas que acercan la política al propagandismo, o sea, a la religión, teniendo en cuenta que el primer catálogo de IKEA, el Sacra Congregatio de Propaganda Fide, fue obra de Gregorio XV a principios del siglo XVII.
Y todavía no hemos llegado al Capitolio, ¡qué sinvivir! Esta vez han sido cuatro garrulos disfrazados de Village People; la próxima, ya veremos. "Cuando la historia convoca a los ciudadanos a la calle y no a las urnas, el pluralismo tiembla", escribe Jordi Amat en The Objective. Todo eso, mientras la Navidad nos deja la metáfora del año: un cerrajero le pide más de mil euros a una mujer en Murcia por abrirle la puerta en Nochevieja. Ya saben, el negocio del siglo, Mateo 7:7-11, o si lo prefieren, Lucas 11:9-13, pedid y se os dará, lo que no dice la letra pequeña del evangelio es quién correrá con el IVA. Por no hablar de esa borrasca del copón, Filomena, con nombre de modistilla en los Episodios Nacionales. Por suerte, tenemos luz para calentarnos, a precio de caviar, pero tenemos. En la Cañada Real, ni eso.
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