Lo que no aprendimos (ni con una pandemia)

Los bancos, siempre tan dispuestos a echar una mano, suben las comisiones. Ahora que la economía reflota, que del virus ya no se acuerda ni Dios y que el paro está en mínimos históricos, lo menos que puede hacer el contribuyente es pagar por tener acceso a sus propios ahorros 



1. LITERATURA. Los bancos, siempre tan dispuestos a echar una mano, suben las comisiones. Ahora que la economía reflota, que del virus ya no se acuerda ni Dios y que el paro está en mínimos históricos, lo menos que puede hacer el contribuyente es pagar por tener acceso a sus propios ahorros. El día menos pensado, el agua cotiza en bolsa. ¡Ah no!, que eso ya ocurre. Pues así con todo. Hubo un tiempo en que los billetes llevaban impresa la cara de algunos escritores. Juan Ramón Jiménez valía 2.000 pesetas. Benito Pérez Galdós, la mitad. Rosalía de Castro, la mitad de la mitad, es decir, 500. Y así, hasta llegar a Clarín o Bécquer que eran los más económicos. No es que la literatura saliese ganando, pero el capitalismo, al menos, se daba un barniz de biblioteca. Ahora ya no hace falta. En Argentina, por aclamación popular, quieren meter el rostro de Maradona en un billete de 10.000 pesos. Así se devalúa un sistema. Lo más curioso es que en política no aceptamos que nadie se lleve un pellizco en comisiones y, sin embargo, a los bancos se lo permitimos todo. 

2. HISTORIA. La mesa del Congreso, con sus allegados de PSOE, PP y Vox, rechaza investigar al rey emérito. De este modo, los partidos monárquicos le hacen un flaco favor a la corona. Dejan a Don Juan Carlos sin la posibilidad de poder defender el título contra todo este contubernio maravillosamente orquestado por republicanos, comunistas y, si me apuran, hasta algún austríaco que todavía no ha sabido encajar la eliminación copera en el siglo XVIII. 

3. CINE. Hay que salvar la Navidad a toda costa. Dicho así, suena a película bélica de Steven Spielberg, Salvar al soldado Ryan, o sea, comercial. La última vez que nos dio por salvar algo, lo hicimos en modo Paco Martínez Soria. Me refiero al turismo, el pasado verano. Resultado, nos pilló la segunda ola haciendo toples. Cervantes, que también tuvo su chatarra conmemorativa, monedas de 50, de 20 y de 10 céntimos (con la llegada del euro, la literatura se fue a pique) quizá lo hubiera reescrito así: con el capital hemos topado.

3. CIENCIA. La Alianza para la Vacunación del Pueblo, una red que incluye a organizaciones como Amnistía Internacional, Oxfam, Frontline AIDS, Global Justice Now... denuncia que los países ricos van a acaparar el 53% de las vacunas pese a representar, tan sólo, el 14% de la población mundial, según publica The Guardian. La cosa va de monopolios y donde hay monopolio, como pasa con el pelo, hay alegría, salvo que uno sea calvo. En un artículo, en El Periódico, Ramón Lobo recuerda que las vacunas desarrolladas por las grandes farmacéuticas "recibieron 5.000 millones de dólares de dinero público". Por suerte, esta crisis nos iba a hacer mejores o eso era lo que decían los anuncios de los bancos.









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