Privatiza como puedas

Para que quede claro: nos cargamos el sistema público con la excusa de que no hay dinero en la hucha y cuando viene el lobo nos gastamos el doble por el mismo servicio que durante años hemos ido privatizando. Magnífico



Bajo el estribillo yeyé "dejad que los niños se acerquen a mi ETT" (del Evangelio del Parado 10:14), Adecco acaba de publicar los resultados de su encuesta anual "¿Qué quieres ser de mayor?", algo así como un Tezanos de azúcar, tan original en el enfoque como ligar en un botellón con el típico ¿estudias o teletrabajas? Y entre los datos, ¡bingo!, del barómetro se desprende que en una hipotética democracia donde solo votaran los menores de 16, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, sería el puto amo, acompañado de Messi y Katy Perry en las ruedas de prensa. En el mismo apartado, el de ¿quién sería tu jefe favorito?, ojo al 11,7% de los pezqueñines que optan por la vía anarcosindicalista de "no tener superiores", lo que viene siendo, últimamente, ser un emprendedor de éxito en Glovo.

Pero más que de profesiones de futuro, de lo que hemos venido a hablar aquí es de oficios de presente. Y el de rastreador, por lo que dicen, se lleva la palma. Las centralitas echan humo. Todo el mundo quiere hacer el curso CCC de rastreador a distancia. ¿El motivo? La Comunidad de Madrid, en otro guiño a Cataluña, ha privatizado parte del rastreo por el módico precio de 194.223 euros. La adjudicataria es la empresa Quirón que fichará a 22 rastreadores durante tres meses. Si la calculadora no falla, el curro sale a casi 3.000 euros al mes. Castings en Infojobs. Por supuesto que la cuenta tiene truco. Y ahí radica, en gran medida, el descrédito del tándem público-privado, en el sobrecoste que provoca tanto intermediario. A lo que hay que sumar que, desde hace meses, los profesionales del sector vienen ofreciéndose para llevar a cabo labores de seguimiento. Pero ni caso. Para qué echar mano de la cantera pudiendo tirar la casa por la ventana por el brasileño de turno. 

En los viejos wésterns, por ejemplo, el rastreador solía ser un indio renegado que, con acariciar un hierbajo, era capaz de saber qué tipo de forraje había cenado el caballo de Gerónimo o predecir del tirón los números de la BonolotoCon semejantes facultades, lo más normal era cobrar un pastón del Séptimo de Caballería. En este sentido, Isabel Díaz Ayuso no ha hecho más que mantener el estatuto de los trabajadores, según Hollywood. La presidenta se defiende reprochándole al gobierno central que la critique por hacer lo mismo que han hecho ellos en materia de aeropuertos. Es decir, que si alguien mete la pata, yo doblo la apuesta.

Resumiendo: nos cargamos el sistema público con la excusa de que no hay dinero en la hucha y cuando viene el lobo nos gastamos el doble por el mismo servicio que durante años hemos ido privatizando. Magnífico. Al final, el polémico cartel de la vuelta al cole de El Corte Inglés, con los pies de un niño colgando de una silla, va a resultar premonitorio. Tal y como están los corticoles, quizá la única opción sea largarse a una isla desierta. La venta de islas privadas ha aumentado un 50% durante la pandemia, según los datos de Private Islands. Si no les llega el presupuesto, sepan que algunas también se alquilan. Aunque lo más económico, tal y como está la ley, es okuparla, en plan Robinson Crusoe. Pero eso da para otra misa.



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