Los villancicos son para el verano

Diremos que Nescafé ha repartido más sueldazos que la Seguridad Social. ¿Exageración? No, caricatura retroactiva. Y es que acumulamos tantas horas de sueño que uno ya no sabe dónde acaban las medidas sociales y empieza la teletienda



¿Y la "paguita" pa' cuándo?, pregunta UGT. Va con retraso, responde Moncloa. Es que el chef es nuevo en el ministerio y todavía no sabe que con el hambre no se juega. Si esto fuera La Sexta, ya estaría por aquí Chicote jurando en arameo. ¿Y los ERTE? Se los dejamos a Mediaset, así repartimos el juego entre las privadas. Resumen del gag económico: el país está entre un reguetón de Jennifer López y Pesadilla en la cocina. El gobierno se defiende: Rumasa no se hizo en un día.

El Ingreso Mínimo Vital (IMV para influencers) se ha convertido en una ratonera burocrática. Menos mal que algunos prendas vaticinaban que, con la nueva "paguita", La Moraleja se iba a llenar de inmigrantes forrados a base de subsidios del gobierno. Por no entrar en aquello de "los tontos por ciento y el cuento del bisnes" (palabra de don Joaquín), diremos que Nescafé ha repartido más sueldazos que la Seguridad Social. ¿Exageración? No, caricatura retroactiva. Y es que acumulamos tantas horas de sueño que uno ya no sabe dónde acaban las medidas sociales y empieza la teletienda. 

Por cierto, si se aburren esperando una respuesta a su solicitud, sepan que tienen un simulador, como una Play para pobres, porque el atasco, según me cuentan, es de M-30 en hora punta. Y eso que todavía no ha empezado el cole. ¿Pero va empezar? Esa es otra, en seis meses, alguien no ha hecho los deberes. Pues a improvisar que no es gerundio. El problema de fondo es el de toda la vida desde que empezó la moda de los recortes: la falta de personal. Y de trajes EPI diseñados por Ágatha Ruiz de la Prada, puestos a pedir, tipo Chicote, ya lo decíamos, y es que hay estampados que te hacen sentir casi inmune a la bancarrota. Y no hemos tocado lo del Remdesivir. Sanidad dice que no hay jarabe para más botellones. Nada, chaval, un poco de ley seca y cineclub de mafiosos.

Luego se quejaran de que el alcalde de Vigo haya comenzado ya a instalar las luces de Navidad. ¿En pleno agosto? Con dos panderetas, para un político previsor que nos queda... Ya lo escribe José Carlos Llop: "Este ha sido el verano de la pandemia y va a ser el invierno de nuestro descontento".





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