El bosque desanimado

A ver entonces, cuando nos den la condicional, cómo fingimos los orgasmos con los juguetitos de siempre, ya saben, el Balón de Oro, la porosidad de las rocas ígneas, el premio Formentor, la leche de soja o el Ministerio de Industria



A estas horas hay familias con agaporni, escondidas tras los quitamiedos, tratando de cruzar de madrugada Despeñaperros en un descuido de los rangers. Desde Doña Ruperta, en este país, somos mucho de apartamento en Torrevieja. En la Costa da Morte también hay retenciones de narcosubmarinos que llegan cargados hasta el periscopio de toneladas de FarmatintEntre los coronials se lleva el sexo con chándal y teñirse el pelo para burlar al Tío de la Guadaña. Si el Lute estudió Electricidad y Derecho en la cárcel, digo yo que con unos tutoriales, durante el confinamiento, seremos capaces, como mínimo, de hacernos unas mechas hawainas. Por cierto, si quieren reciclarse, entre las profesiones con más presente, CCC oferta el curso de Dj de balcón o el de corte y confección de mascarillas a distancia. 

En Rotterdam, donde se iba a celebrar el festival de Eurovision, han tenido que improvisar un hospital de campaña (1).Y unos médicos, en el Reino Unido, por falta de segunda equipación, se protegen con bolsas de basura (2). Y un ejército desinfecta los pasillos de un geriátrico como una cuadrilla de kellys. Y en el barrio de La Latina, en Madrid, unos vecinos no pueden ver las nubes tapados por una lona publicitaria que dice: "Un domingo de sol y Rastro es muy difícil de mejorar"(3). Y en la mayoría de casas con un solo baño, toca hacer turnos para usar el ordenador. Un replicante repipi, venido, pongamos que del lejano 2020, si no fuera porque ya estamos en el 2020, lo resumiría de esta guisa: "Yo he visto cosas que la inteligencia artificial jamás creería"Y eso que pensábamos que lo más triste que podía sucedernos en Semana Santa era que cayera una tormenta y tener que sacar con chubasquero a la Virgen de la Cueva. Lo que está claro es que necesitamos revisar la jerarquía de nuestros dramas. Estamos acumulando tantos minutos de silencio que cuando por fin vuelva la competición va a parecer que nos jugamos la vida a puerta cerrada. A ver entonces, cuando nos den la condicional, cómo fingimos los orgasmos con los juguetitos de siempre, ya saben, el Balón de Oro, la porosidad de las rocas ígneas, el premio Formentor, la leche de soja o el Ministerio de Industria.

Lo peor de las lecciones que se aprenden de carrerilla es que se olvidan pronto. Habrá que encenderle unas cuantas velas a Funes el memorioso para no acabar coreando, como el Orfeón Donostiarra, aquello que presagió Luis Eduardo Aute: "Presiento que tras la noche, vendrá la noche más larga"...


(1) https://www.elperiodico.com/es/yotele/20200404/eurovision-2020-coronavirus-rotterdam-hospital-7917142
(2) https://www.bbc.com/mundo/noticias-52173310
(3) https://elpais.com/espana/madrid/2020-04-06/de-cuarentena-tras-una-lona-publicitaria.html



2 comentarios:

  1. Que de está experiencia y cuando se apague la inercia, al menos, quede algo de generosidad para el prójimo (de tanto buenismo para la galería). Un abrazo!!!

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