Rimbaud, Peter Pan y un millennial de Murcia

Y así, entre pitos y flautas, quiero decir, entre modernos y posmodernos que se atizan por vicio, va corriendo el minutero en su limbo de pulsera, donde la nostalgia abre franquicia



¿Serías capaz de vivir un año sin tu smartphone? El sacrificio tiene premio: 100.000 dólares, y aunque la ciencia actual todavía no se ha pronunciado, la letra pequeña del concurso, organizado por una empresa estadounidense de bebidas isotónicas, es una bicoca. Con tal de reducir el trauma y evitar que el concursante acabe formando parte del once titular de Alguien voló sobre el nido del cucoel candidato escogido podrá usar un portátil y un móvil antediluviano, de aquellos que solo servían para llamar y enviar mensajes (1)Hace un cuarto de siglo, 25 años para que el paso del tiempo no suene tanto a charcutería, el gran reto estaba mejor pagado, ni más ni menos que un cheque con un millón de dólares en juego por prestar a la esposa, Demi Moore, a un multimillonario romántico, Robert Redford, tal y como proponía Adrian Lyne, un director de taquillazos fatales como Flashdance o 9 semanas y media

Tal vez, una generación no sea más que eso: un clan enfundado en una chupa, bajo el mismo signo animal del horóscopo chino, pendiente de matriculación, XYZ..., mientras lidia, como puede, con la proposición indecente que le ha tocado por montera. A la actual, la extraplana, le llueven las críticas por su desmayo tecnológico. Los pandilleros decimonónicos, si pudieran, la etiquetarían en un saco para enviarla directamente al fondo de TwitterSe diría, leyendo a ciertos carcamales, que todo lo que tiene que ver con los millenials es únicamente postureo y kardashianismo. Como si las venus magdalenienses, las gracias de Rubens o la jovencísima Sarah Baartman, la esclava africana que fue exhibida en Europa a principios del siglo XIX como atracción de circo por el tamaño desorbitado de su trasero (2), no fueran un calco. 

En el monumental ensayo Teenage, Jon Savage sitúa el origen del concepto de juventud a mediados del XIX, ligado a la masificación de las urbes en pleno apogeo industrial y a la quiebra del concepto de familia, con miles de adolescentes, como en una novela de Dickens, abocados a la vida callejera, y enardecidos por el Romanticismo de una sociedad que tiende, por primera vez, al consumo (3). Así nació el lugar exacto del que nadie querrá partir. El país de Nunca Jamás, con piscina de Cocoon, incluida. El resto es rocanrol y cosmética. De ahí el rencor de péndulo de los más veteranos, tan ancestral como la cita que se le atribuye a Sócrates, aunque en realidad sale de un libro de 1953, Pesonality and adjustment, y que sirve, a menudo, para relativizar la ojeriza: "La juventud de hoy ama el lujo. Es maleducada, desprecia la autoridad, no respeta a sus mayores, y chismea mientras debería trabajar. Los jóvenes ya no se ponen de pie cuando los mayores entran al cuarto. Contradicen a sus padres, fanfarronean en sociedad, devoran en la mesa los postres, cruzan las piernas y tiranizan a sus maestros"(4). Muy parecida a otra de Cicerón que ahonda en lo mismo: "Estos son malos tiempos. Los hijos han dejado de obedecer a sus padres y todo el mundo escribe libros". 

La respuesta iconoclasta, desde el otro bando, tampoco es el summumSe trata de desvirtuar, a toda costa, cualquier tiempo añejo, descabalgando pedestales, de Colón a La Movida. El crítico musical, Víctor Lenore, firma Espectros de la movida: por qué odiar los ochenta, "una bronca monumental, contra aquella sobredosis de frivolidad, subvencionada por el socialismo"(5), según resume Juan Soto Ivars en El Periódico. "Resulta evidente, pasados los años, que todo mito cultural fue en su día la rabieta de un niño pijo contra su padre ministro", añade a la causa, desde El Confidencial, Alberto Olmos (6)

Y así, entre pitos y flautas, quiero decir, entre modernos y posmodernos que se atizan por vicio, va corriendo el minutero en su un limbo de pulsera, donde la nostalgia abre franquicia, como lágrimas en la lluvia o, simplemente, como blogs en la nube.



(1) https://www.lavanguardia.com/tecnologia/20181214/453539890478/aceptarias-vivir-un-ano-sin-tu-smartphone-a-cambio-de-100000-dolares.html
(2) https://elpais.com/elpais/2018/12/12/gente/1544631172_252776.html
(3) https://www.elmundo.es/cultura/laesferadepapel/2018/12/11/5c090889fc6c8329638b47e6.html
(4) http://abcblogs.abc.es/sonajero/2018/12/11/millennials-contra-el-estereotipo/
(5) https://www.elperiodico.com/es/opinion/20181212/el-tinder-en-la-movida-madrilena-articulo-juan-soto-ivars-victor-lenore-7198488
(6) https://blogs.elconfidencial.com/cultura/mala-fama/2018-11-28/victor-lenore-espectros-de-la-movida-bola-de-cristal_1671174/?fbclid=IwAR0c-nQylZz5oIqRpaNNMvAD-DjvCDN4FGVgD6Vq_HCCVKpghCg5Gbsa2hQ

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