Evasión o derrota

Como el presente ya no da para vivir, empeñamos el pasado en el Cash Converters



Hay preocupación en Noruega porque la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto se caen del borrador del nuevo plan de estudios (1), lo que ha provocado cierto debate, menos intenso, eso sí, que una convocatoria de la selección que deja fuera a dos futbolistas legendarios. Según afirman los responsables, el proyecto trata de centrarse "en los contenidos relevantes para el futuro", y, por lo visto, ciertos episodios históricos solo son un engorro. Hace demasiados cursos que los colegios se dedican a construir el futuro con un amasijo de mindfulness y robótica. En su columna sobre referentes culturales, Quim Monzó etiqueta el producto: "Es una aplicación más del síndrome de Cristóbal Colón". Esa prepotencia de hornada sabelotodo que cree que "no hay nada importante previo a mí: el mundo empieza justo el día en que yo nazco y todo lo que ha habido antes me la suda"(2)

Rebobinar es un anacronismo tecnológico. Desde Sodoma, mirar por el retrovisor está penado con salitre. A quién le importa lo que pasó ayer cuando la agenda no da ni un segundo de tregua. Lo único que cuenta es llegar cuanto antes a Netflix, ya sea en modo runner, como un Forrest Gump con complementos, o en patinete volador, como Marty McFly. Evasión o derrota. En los últimos 12 años, "la cultura occidental le ha cogido gusto al apocalipsis", escribe Sergio del Molino (3). "Los zombis, los planetas arrasados, las epidemias y toda suerte de negruras armagedónicas se ganaron el favor de un público al que la crisis financiera de 2008 no le había dejado tiempo ni sitio para creer en la bondad roussoniana del ser humano". 

Como el presente ya no da para vivir, empeñamos el pasado en el Cash Converters. "Y es que la realidad es una cosa incómoda, aburrida y pesada que nos distrae de seguir chutándonos soma del móvil que nos venden y revenden los de siempre con la excusa de una revolución a tanto el minuto", sentencia Carlos Zanón (4), mientras una anciana muere en el hospital de Palamós, en Girona, "tras siete horas de espera en urgencias"(5), apenas una semana después de que el portavoz de turno de la Generalitat, a micro abierto, recriminara que nos despistamos "con cuestiones que no son las esenciales"(6), refiriéndose, por supuesto, a las listas de espera en sanidad. Menudo ojo clínico.


(1) https://elpais.com/cultura/2018/12/04/actualidad/1543912189_685362.html
(2) https://www.lavanguardia.com/opinion/20181204/453328834448/corre-conejo-corre-corre.html
(3) https://elpais.com/cultura/2018/12/03/actualidad/1543853832_505578.html
(4) https://www.lavanguardia.com/local/barcelona/20181204/453329681881/suenan-los-celulares-con-patinetes-electricos.html
(5) https://elpais.com/sociedad/2018/12/04/actualidad/1543916991_708623.html
(6) https://www.elperiodico.com/es/politica/20181127/eduard-pujol-junts-per-catalunya-listas-espera-sanidad-independencia-7171887

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