Entre nostálgicos y futuristas, el presente se parece cada vez más a una ciudad dormitorio, con el metro cuadrado por las nubes, a la que sólo se regresa con nocturnidad y alevosía para pensar en las musarañas o practicar el Kamasutra de los autómatas
Quien más, quien menos, tiene su panteón de Agripa, o su valle de los caídos, donde reposan Bambi, Chanquete, alguna que otra buganvilla, un hámster o un romance en Tinder, pero no a todo el mundo se le ha muerto un mar Menor en sus narices, como un infanticidio a la orilla de una playa conocida. Decía Manuel Vicent que "el mar podrido es ahora el espejo deformante donde se refleja nuestro inconsciente colectivo"(1), así que mejor pasar de puntillas, sin un alarde de necrológicas, no vaya a ser que nos salpique el chapapote, la actualidad está a demasiadas leguas de aquí.
Entre nostálgicos y futuristas, el presente se parece cada vez más a una ciudad dormitorio, con el metro cuadrado por las nubes, a la que sólo se regresa con nocturnidad y alevosía para pensar en las musarañas o practicar el Kamasutra de los autómatas. Viagra y Valium. Esa es la fórmula. Todo es agenda para el 2049 o álbum de fotos de la comunión. Novela histórica o distopía. No hay más que plástico envolvente, información envasada al vacío, siguiendo los consejos para periodistas de Karl Kraus: "Volverse tan estúpidos como sus lectores para que estos se crean tan inteligentes como el que escribe"; que vienen a certificar, como recoge Álvaro Corazón Rural en Historia de la estupidez humana, los estudios de Laurence J. Peter, catedrático de Ciencias de la Educación en la Universidad de California y creador del Principio de Peter, según el cual "en una jerarquía, todo empleado tiende a ascender hasta alcanzar su nivel de incompetencia", lo que desemboca, tarde o temprano, en que "todo puesto tiende a ser ocupado por un empleado que es incompetente para desempeñar sus obligaciones"(2).
Para Daniel Gascón, en El País, la precampaña está girando "en torno a dos zombis: el procés y Franco. Los dos están muertos, pero todavía dan miedo"(3). Santos Juliá, el historiador fallecido esta misma semana, consideraba que "sólo hay interés en el pasado para utilizarlo en la lucha política del presente". Que el presidente de la Fundación Francisco Franco cite a Machado, más que frivolidad, resulta una indecencia (4). En la segunda parte de Enrique VI, Shakespeare pone texto a la rebelión populista de Jack Cade, un líder sin escrúpulos que logró seducir a las masas con la construcción de "un espacio mágico, en el que dos y dos no tienen por qué ser cuatro y no es necesario que la última afirmación concuerde con la que ha hecho unos segundos antes", tal y como analiza, en una entrevista en El Mundo, el catedrático en Humanidades de Harvard, Stephen Greenblat, premio Pulitzer y autor del ensayo El tirano. Shakespeare y la política (5). "En los regímenes tradicionales autoritarios se reprimía la disidencia mediante torturas. Pero la nueva manera de silenciar a la oposición es haciendo mucho ruido para que la gente no oiga, con tuits y bombardeos de noticias a diario. El shock de la semana pasada se olvida pronto porque hay un nuevo shock", sostiene Greenblat.
Así que abrán juego, señores. Lo que sabemos por ahora de la ruleta política es que el Tribunal Supremo ha costeado la campaña independentista y el independentismo, en agradecimiento, está dispuesto a hacer lo propio con Vox. Del presente, por supuesto, ni pío.
(1) https://elpais.com/elpais/2019/03/30/opinion/1553966320_477586.html
(2) https://www.jotdown.es/2019/10/historia-de-la-estupidez-humana/
(3) https://elpais.com/elpais/2019/10/25/opinion/1572016000_487727.html
(4) https://www.huffingtonpost.es/entry/el-presiente-de-la-fundacion-franco-cita-a-machado-y-xabier-fortes-le-da-el-corte-de-su-vida_es_5db155eee4b0d5b789462ec2
(5) https://www.elmundo.es/cultura/literatura/2019/10/25/5db1e55f21efa05e768b45ed.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario