Por eso el pueblo, casi al unísono, votó Ayuso, porque la cerveza y los toros son como el pan y circo en versión castiza
Ganó la libertá o la libertaz, cuestión de acento, según el fake de Lola Flores. Ganó la libertad, decíamos, pero no la libertad que cantaba Jarcha, esta libertad, la que ganó anoche en Madrid, es una libertad como de anuncio de cerveza, demasiado photoshop para que todo parezca perfecto. Por eso el pueblo, casi al unísono, votó Ayuso, porque la cerveza y los toros son como el pan y circo en versión castiza. Y la victoria, por supuesto, se celebró en Génova, que es donde se celebraban las mayorías antes de aquel asunto sin importancia de la caja B. En fin. Si hay quien se ha querido forrar con aire embotellado -sí, aire, como lo oyen, oxígeno, nitrógeno y argón, según Mecano-, no se extrañen mucho si a partir de ahora también se hace negocio con eso de la libertad madrileña, todo un lujo en épocas de confinamiento.
Tantas encuestas y la Marquesa de Griñón, Tamara para los amigos, lo sabía desde el primer momento: "Hay un mensaje muy claro a Pablo Iglesias: Podemos, en Madrid no te queremos". ¡Viva Tezanos! La nueva política, la que nació para luchar contra la casta, se ha hecho vieja demasiado pronto. A lo que el PP llama libertad, en Cataluña le dicen independencia, una manera insolidaria de asomarse a las urnas, repleta de trucos, sin autocrítica y con la hucha por bandera. Y si el problema era murciano, no importa, porque Murcia es la periferia, como Extremadura o Asturias. Ayuso, que venía del Twitter, es la libertad guiando al IBEX, o sea, un Delacroix descafeinado, que eso del toples es muy de Femen, Dios nos guarde.
A juzgar por el ayusazo, más que Pedro Sánchez, quien debe temblar es Pablo Casado. Y Abascal. Matteo Salvini, líder de la ultraderecha italiana, ya ha hecho su apuesta: "Mujer de sentido común y valentía. Ha combinado la protección de la salud, el derecho al trabajo y la libertad". Da igual que los datos digan otra cosa. Hace tiempo que la política es una ficción publicitaria, con mucho acento, como dice Lola Flores para Cruzcampo. Así que mucha libertad para el nene y la nena. Y un apunte de José Luis Sampedro, escritor y economista. Lo recordaba hace unos días Luz Sánchez-Mellado. Lo soltó en mitad de una conversación cuando ya tenía 94 años: "Vaya a un supermercado sin dinero y verá si es libre".
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