Todo sobre mi democracia

Poco a poco vamos recuperando la versión más cutre del santo oficio, el chanchullo nuestro de cada día, síntoma claro de que pase lo que pase siempre nos gobiernan los mismos



Poco a poco vamos recuperando la versión más cutre del santo oficio, el chanchullo nuestro de cada día, síntoma claro de que pase lo que pase siempre nos gobiernan los mismos. En Cataluña, por ejemplo, el Govern de la Generalitat, como homenaje a los superhéroes de la pandemia, ha decidido externalizar un servicio para el rastreo de futuribles del Coronavirus Club de Fútbol, por si en otoño vuelve a rugir la marabunta. Se trata de montar un call center que no ha salido a concurso (la letra pequeña del estado de alarma permitía este tipo de festines). La broma es de 17 millones de euros y la empresa que se ha adjudicado el cuponazo es Ferroser Servicios Auxiliares, filial de la constructora Ferrovial (archifamosa por el caso Palau y las comisiones ilegales a Convergència), donde curra, toma que toma, el hermano de Oriol Junqueras.

La cifra, que no da para reconquistar a Neymar, contrasta con los escasos 4,5 millones de la pedrea que el mismo Govern destinará a los ambulatorios. El pitote es de escala Richter, sobre todo ahora que hasta Belén Esteban mata por la sanidad pública. Es lo que tiene cambiar de siglas cada media legislatura. Borrón y cuenta nueva. Y quien dice Cataluña, dice cualquier otro cortijo o ciudad jardín con derecho de pernada. Por no entrar en culebrones andorranos, es lo que Paul Preston llamó "un pueblo traicionado", desde la Restauración borbónica al Ave a la Meca (anexo de última hora). Por lo visto, nadie está a salvo del lado oscuro, quién iba a renunciar a la voz de Constantino Romero diciéndole al Skywalker de turno: "Lucas, yo soy tu presidente y hago con tu dinero lo que me sale del quinto metatarsiano".

En Tesoros de la Tele, nuevo programa revival de La2, recuperan una entrevista de Íñigo a Sancho Gracia, por entonces ídolo de masas gracias a Curro Jiménez. Íñigo le pregunta al actor en qué se parece al bandolero al que da vida en la serie. La respuesta es antológica:"Pues, como todos los españoles, nos parecemos en lo de ayudar a los demás para quedarnos con la mitad". Y todavía no hemos hablado del Rambo de Requena o del cocodrilo en el Duero. Ya ven que la nueva realidad contiene lo peor de la vieja más algún desvarío para animar la fase tropecientos de la desescalada.



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