Hay noticias que describen una época entera, el signo de los tiempos, que dirían en la edad del Kronen, cuando los telediarios eran la miga de las sobremesas y los niños desnutridos, la artimaña de las abuelas para endiñarnos verdura. Así aprendimos a comer lo que no nos gusta y a tragarnos, por miedo al alpargatazo, el ricino de la actualidad
Hay noticias que describen una época entera, la deforestación misma de un quiosco caducifolio, el signo de los tiempos, que dirían en la edad del Kronen, cuando los telediarios eran la miga de las sobremesas y los niños desnutridos, la artimaña de las abuelas para endiñarnos verdura. Así aprendimos a comer lo que no nos gusta y a tragarnos, por miedo al alpargatazo, el ricino de la actualidad. "Un hombre secuestra a un empresario y le pide como rescate un contrato laboral y dinero", titula El País (1). Entendemos que lo importante aquí es el trabajo, para el préstamo instantáneo, sin grumos, ya está Creditea. Y puestos a pedir, quiero decir a amenazar, que sea indefinido, por favor, que no todos los días se presenta uno con una pistola fake en la cola del paro (el arma con la que intimidó a la víctima era de aire comprimido).
Para acabar de rematarlo: "La muerte de un becario evidencia su desprotección. Una sentencia condena a la empresa en cuyo taller falleció un estudiante en prácticas", informa también El País (2) . Según Comisiones Obreras, "en España, no existe un registro de los accidentes laborales de estos alumnos. De los 534.000 universitarios y estudiantes de FP que hacen prácticas, solo 80.000 están dados de alta". En caso de percance, "la indemnización por incapacidad permanente para continuar los estudios va de 150 a 600 euros en una sola paga. Si queda incapacitado para los actos más esenciales de la vida, recibe una pensión vitalicia de 144 euros anuales", tal y como aporta Ana Torres.
Por no llorar, ya saben, un grupo musical, Territorio Doméstico, integrado por tres empleadas del hogar, le ha puesto ritmo latino al disparate: "Si Adelita tuviera un contrato", cantan a plumero descubierto (3). En otras partes, pongamos el sudeste chino por ejemplo, la cosa tampoco está más boyante: "Asalta a una mujer en un cajero y le devuelve el dinero al ver el saldo de su cuenta bancaria", recoge La Vanguardia (4).
Tras pregonar el fin de la historia -desde Nietzsche, las necrológicas son un hit bailable, que se lo digan a Arias Navarro o a Pancho, el aborigen de Verano Azul-, Francis Fukuyama regresa ahora con Identidad. La demanda de dignidad y la política del resentimiento, un ensayo que aborda el imponente acelerón económico que vivió el mundo entre 1970 y 2008, cuando se cuadruplicó la producción de bienes y servicios, un nuevo orden liberal que no benefició a todos, "en muchos países, y particularmente en las democracias desarrolladas, la desigualdad aumentó drásticamente"(5). Después vino el pinchazo y todo eso de los chalecos amarillos, "como gasolina principal del nacional populismo".
En su última novela, Sábado, domingo, el autor de Tokyo ya no nos quiere, Ray Loriga, lo dice así: "Todos pensábamos crecer de otra manera".
(1) https://elpais.com/politica/2019/03/15/diario_de_espana/1552672005_255889.html
(2) https://elpais.com/sociedad/2019/03/11/actualidad/1552326093_172406.html
(3) https://elpais.com/ccaa/2019/03/14/madrid/1552574599_157839.html
(4) https://www.lavanguardia.com/sucesos/20190318/461105123610/asalta-cajero-devuelve-dinero-saldo-cuenta-bancaria-china.html
(5) https://www.vozpopuli.com/altavoz/cultura/Lea-exclusiva-primeras-Francis-Fukuyama_0_1227177681.html
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