Está visto que cualquiera con móvil se piensa poeta. También fotógrafo, superhéroe o barítono. Solo hay que enfrentarse a la pantalla y preguntarle al microespejo: Instagram, instagram, ¿quién es el mejor escritor de la red? Así varían los cuentos, según dictaminan los protocolos ambientales
Antes que musa de Indasec, Concha Velasco fue chica yeyé y voluntaria de la Cruz Roja. De haber nacido hoy, bajo nick, en lugar de artista hubiera proclamado a barlovento: Mamá, quiero ser instapoeta. Está visto que cualquiera con móvil se piensa rimador. También fotógrafo, superhéroe o barítono. Solo hay que enfrentarse a la pantalla y preguntarle al microespejo: Instagram, Instagram, ¿quién es el mejor escritor de la red? Así varían los cuentos, según dictaminan los protocolos ambientales, tal y como recoge Giambattista Basile en su Pentamerón (1).
Es la democratización de los gremios, el Perogrullo tecnológico que distrae al personal sin oficio ni beneficio. La tarifa plana ha devaluado el poema y en los talleres de escritura la asignatura más concurrida es la que enseña cómo convertirse en community manager de éxito. Martín Rodríguez-Gaona lo desgrana en La lira de las masas, una aproximación a toda esa leva de jóvenes poetas, los millennials del verso, que en España venden ejemplares como churros. En su ensayo, Gaona sostiene que hay mucho de "pornografía emocional" que poco tiene que ver con el arte de destilar la vida, aquello que decía Octavio Paz de la palabra "sagrada y maldita". Ahora "con descoyuntar aleatoriamente en líneas una ocurrencia que antes no hubiera pasado de cuaderno de instituto, basta, mientras se comparta mucho", escribe Miguel A. Ortega Lucas en La esfera de papel (2).
Se coge una metáfora, se pasa por un filtro pastel y adquiere fotogenia. Aquí lo que importa es la popularidad del sello. La marca a toda costa, transgresora dentro de los márgenes de lo políticamente correcto; o lo que es lo mismo: fanfarria poético-editorial con juglares incubados en el plató de un talent. En Léxico de afinidades, la poeta uruguaya Ida Vitale, que ayer recogió el Cervantes, lo definía así: "Las palabras son nómadas; la mala poesía las vuelve sedentarias"(3).
Como homenaje a Manuel Alcántara, decano del articulismo y también poeta, fallecido la semana pasada, Jorge Bustos, en El Mundo, recuperaba la necrológica que Jaime Campmany, "el maestro de los epitafios", le dedicó a otro coloso del columnismo, César González-Ruano: "¡Qué estúpidos los que dicen escribir para la posteridad! Y escriben las cosas obvias, las cosas que se repiten eternamente, solo porque cada año nacen nuevos ignorantes que las desconocen"(4).
(1) https://elcultural.com/noticias/letras/Erase-una-vez-el-Cuento-de-los-cuentos/13306
(2) https://www.elmundo.es/cultura/laesferadepapel/2019/04/17/5cac7a58fc6c833c0d8b4579.html
(3) https://elpais.com/elpais/2019/04/18/ideas/1555580578_798977.html
(4) https://www.elmundo.es/opinion/2019/04/18/5cb75e67fc6c838d618b45c5.html
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