La culpa fue del chachachá

Conclusión: la subida del salario mínimo destruye empleo. O sea, que bajarlo es beneficioso para la economía. De hecho, si no se pagasen sueldos, todo el mundo tendría trabajo, pero eso se llama esclavitud



Ha hablado el Banco de España. Amén. El Banco de España es ese lugar donde todavía te cambian pesetas con la cara de Franco y, de vez en cuando, se ruedan escenas de La casa de papel, ya saben, la Bella Ciao y Dalí en un 2x1, ¿quién da más? Pues bien, decíamos que ha hablado el Banco de España. Pocas cosas se esperan en este país con más entusiasmo, los cuartos de las Campanadas o el turno de Blas Cantó en Eurovisión, pero para de contar. ¿Y qué ha dicho? Que la subida del salario mínimo hasta los 900 euros provocó "un menor crecimiento del empleo", en concreto, pudo tener un coste de entre 94.000 y 172.000 puestos de trabajo menos. Los más afectados, según el estudio, los jóvenes y los mayores de 45. ¡Han cantado bingo! 

Sorprende la cifra. Es como si vas a comprar un yate (lo típico entre quienes ganan la friolera de 900 euros al mes) y te dicen que te puede costar entre 20 y 38 millones. Así no hay manera de calcular la hipoteca. De este tipo de informes se espera, al menos, precisión. Quiero decir que si el Banco de España hubiese dado la cifra exacta de puestos de trabajo perdidos por el subidón del SMI -127.214, por ejemplo-, nadie hubiera dudado. Y ya ni les cuento si llegan a meter algún decimal, los decimales son como el perejil para Arguiñano, dan veracidad y sabor al asunto, pero esa manera de tantear a lo loco deja una sensación como de trabajo entregado fuera de plazo, con mucha bibliografía del Rincón del Vago. 

En realidad, incluso a su pesar, el estudio constata que la subida del salario mínimo tampoco fue tan demoledora como le hubiera gustado a alguno, pero para eso hay que leérselo entero y aquí no hay quien se lea entero ni un guasap con emoticonos, imagínense un informe, como mucho, cuatro frikis que no son capaces de inventarse una noticia. Además, el Banco de España viene de donde viene, de no dar una, ni con la crisis de 2008, ni con las preferentes, ni con las revolving, ni con las cláusulas suelo, ni con el cobro de comisiones ilegales por parte de la banca... Y así podemos seguir hasta mañana, como para tomárselo en serio. Pero el capitalismo borroka tiene más que suficiente para tirarse a la yugular. Conclusión repentina: la subida del salario mínimo destruye empleo. O sea, que bajarlo es beneficioso para la economía. De hecho, si no se pagasen sueldos, todo el mundo tendría trabajo, pero eso se llama esclavitud. 

Y los gurús ya van preparando el terreno para cuando toque reducir nóminas, pensiones, pagas de los domingos y aguinaldos. A lo peor, volvemos al trueque. Lo importante, repiten, no es lo que se cobra sino ser feliz, como si cobrar mucho fuera de macarras. En el futuro (lo dice Nostradamus, no sé dónde, pero para el caso seguro que acierta lo mismo que si lo dijera el Banco de España) los trienios se pagarán en lotes de aromaterapia. Y todos la mar de contentos con un sueldo paupérrimo a cambio de que reine el buenrollismo sindical. Quizá la revolución de las sonrisas iba un poco de esto. Por si acaso, vayan pidiendo hora al dentista, no sea que cuando les venga el recibo de la luz, les entre la risa tonta.















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