Desde Jeanette, la rebelión es un éxito pop, listo para amenizar cualquier publirreportaje en mitad de un telediario
Se lleva lo chabacano, la combinación más hortera, el estampado chillón, el pensamiento burdo, pero no vayan a pensarse que es por desobediencia al prêt-à-porter, todo lo contrario, es por captar la atención del nervio óptico, ser el foco de los megapíxeles y lograr, en último término, un azulejo en el paseo de la fama. Los modistos le llaman feísmo, una urticaria a Los Sírex con pronóstico reservado: "A más fealdad, mayor viralidad"(1).
La misma idea ronda las páginas del ensayo de Carlos Granés: Salvajes de una nueva época. Para el colombiano, el arte que vende, el que cotiza en subastas y rotondas, está encorsetado en lo políticamente neutro. A esta hora, el escándalo hay que buscarlo en los congresos, donde los diputados han aprendido a impostar el discurso por un puñado de escaños. En una entrevista en ABC, Granés sostiene: "Los políticos de ahora son performers (...). Todos somos productores de contenidos a través de las redes sociales. Y ya no hay espectadores para tanto espectáculo. Entonces, para captar la atención de la gente hay que usar estrategias agresivas. Los políticos lo han entendido perfectamente: dentro de este océano de ideas y opiniones, si no eres agresivo dejas de existir"(2).
Desde Jeanette, la rebelión es un éxito pop, listo para amenizar cualquier publirreportaje en mitad de un telediario. Por poner un ejemplo: Contra Amazon, el libro de Jorge Carrión que reivindica la resistencia de las librerías, resulta que también se vende en Amazon (3). Y en ese mejunje de sandalias con calcetines o riñoneras con piel de leopardo se producen todo tipo de matrimonios por conveniencia. Si en verano, las búsquedas de "sexo con alienígenas" unieron para siempre los destinos de la República Checa y Argentina (ya saben, a consecuencia del macrobotellón organizado por los amantes de los marcianitos para asaltar el Área 51, supuestamente, una especie de Guantánamo para bichejos espaciales 4), ahora es el turno de España y Malta, dos países con una goleada en común y poca tradición en el pacto. De hecho, los únicos dos estados de la Unión Europea que nunca han tenido un gobierno de coalición (5).
Pero para llegar a acuerdos hace falta superar el modo Rambo, maravillosamente descrito por el eslogan Dios y pistolas, del partido que fundó Bo Gritz, el militar que inspiró al mismísimo Equipo A y parte de la saga de Acorralado (5). Sin arco y lanzagranadas parece más factible que funcionen la cinta de carrocero y la diplomacia. No somos tan distintos en lo estrafalario. Vean si no esas vacas de Ale-Hop que pastan en cualquier prado comercial con más de cuatro gatos. En el fondo, nos une la misma mala leche (6).
(1) https://www.xlsemanal.com/estilo/moda/20190927/el-feismo-tendencia-moda-ropa-fea.html
(2) https://www.abc.es/cultura/libros/abci-carlos-granes-referendum-independentista-catalan-obra-teatro-brutal-201909300103_noticia.html
(3) https://elpais.com/cultura/2019/09/19/actualidad/1568878886_522266.html
(4) https://www.elmundo.es/f5/comparte/2019/09/05/5d6f9a3721efa0432b8b4637.html
(5) https://elpais.com/elpais/2019/09/26/icon/1569513429_312716.html
(6) https://elpais.com/elpais/2019/09/27/opinion/1569589542_371125.html
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