No es el Libro Rojo de Mao Tse-Tung. Es la Constitución, por mucho que a algunos les suene a populismo. Los mismos que cada noche, antes de ir a dormir en los colchones viscoelásticos de sus habitaciones climatizadas, se santiguan en su nombre
Vamos a repetirlo. Todas las veces que haga falta. Hasta que a más de uno se le caiga la cara de vergüenza. O el tímpano. Hay lecciones que es mejor aprenderse de memoria. Párrafos sagrados que hay que rezar en alto, con voz de pupitre, como las tablas de multiplicar, los accidentes geográficos o los reyes godos. Que nadie abandone la ESO sin un puñado de ideas en la manga. Repitamos: Título I. Capítulo Tercero. Artículo 47: "Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación". No es el Libro Rojo de Mao Tse-Tung. Es la Constitución, por mucho que a algunos les suene a populismo. Los mismos que cada noche, antes de ir a dormir en los colchones viscoelásticos de sus habitaciones climatizadas, se santiguan en su nombre, y que hoy, seguro, habrán sabido esquivar con maña esa noticia que lleva la prensa, que no sale de un bochorno cuando ya se ha metido en otro, la del matrimonio de ancianos que ha pasado dos noches en la calle después de ser desahuciados en Oviedo (1). Y eso que había un protocolo. Siempre hay uno a mano como un semáforo para saltarse. En el mismo día en que el madrileño barrio de Lavapiés, en Embajadores, se convierte, según Time Out, en el barrio más cool del mundo, salpicado de terrazas fardonas con sus tapas de vanguardia, en contraste con la rutina nómada de los manteros y el precio de la vivienda, fumigada de chinches, por las nubes (2). Se llama gentrificación y su estómago es insaciable. El último grito inmobiliario de un mercado antropófago. Dejamos para otro rato, no vaya a ser que los padres del constitucionalismo se nos empachen, el capítulo 35. Por si no lo recuerdan, cojan papel y boli (tatuado en el muslo, junto a la ingle, queda la mar de sexy): "Todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo, a la libre elección de profesión u oficio, a la promoción a través del trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia, sin que en ningún caso pueda hacerse discriminación por razón de sexo"... En fin.
(1) https://www.lavozdeasturias.es/noticia/oviedo/2018/09/24/dos-ancianos-duermen-banco-parque-san-francisco-tras-desahuciados/00031537784949865456428.htm
(2) https://elpais.com/ccaa/2018/09/24/madrid/1537808161_075318.html
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