miércoles, 29 de julio de 2020

Réquiem por un rodríguez

Queremos una certeza a domicilio. Y rapidito, que no se enfríe. Por eso pedimos una vacuna para llevar, como quien encarga una pizza con extra de queso. Hemos rebajado el estatus de científico a chamán de pueblo. Y así nos va. Hay laboratorios con el Quimicefa rindiendo por encima de sus posibilidades




Hay parejas que están condenadas a la separación de bienes, como Johnny Depp y Amber Heard, Marta y Marilia, de Ella baila sola, o turismo y pandemia. A falta de competición de nivel, nos vale cualquier campeonato de petanca, ya sea la Vuelta a Burgos o la carrera de Fórmula 1 por encontrar una vacuna contra el Covid-19. "Los adivinos se hacen más necesarios en tiempos de crisis", titula La Vanguardia. Queremos una certeza a domicilio. Y rapidito, que no se enfríe. Por eso pedimos una vacuna para llevar, como quien encarga una pizza con extra de queso. Hemos rebajado el estatus de científico a chamán de pueblo. Y así nos va. Hay laboratorios con el Quimicefa rindiendo por encima de sus posibilidades, y unos cuantos forrándose a costa de inflar los logros de la nueva burbuja farmacéutica. Lo que desata el espionaje -ya saben que en este país, ser o no ser depende de aparecer en un casete de Villarejo- y el interés de HBO, que ya prepara una serie, con paridad de muertos, suponemos, no vaya a ser que algún colectivo se moleste por no tener vela en este entierro.

Tampoco ayuda el desgobierno de nuestros políticos, que cambian de idea según sopla la última intención de voto disponible. Estamos en un momento crítico, dice el president de la Generalitat, Quim Torra, pero vengan a visitarnos. Si son turistas, el rapapolvo no va con ustedes. Disfrutar de la Sagrada Familia o PortAventura no entraña más riesgo que el balconing o un coma etílico. O decretando cuarentenas como ha hecho el Reino Unido, lo que favorece que cierto hooliganismo se deje los peniques en su campiña, mientras varios de sus ministros veranean en España. Otra cosa muy distinta es el uso que nosotros hayamos hecho de la energía solar que nos ha tocado en suerte. Desde Paco Martínez Soria y Los Stop, aquí no hay industria sin vistas al mar. Ni PIB sin chiringuito. Con un millón de parados en los últimos meses no es cuestión de derrochar comodines. Si hay que reponer Gandia Shore, amén. Todo sea por la pasta; perdón, quiero decir por las energías renovables. Sobre todo ahora que le hemos visto las orejas al paro y sabemos que la desescalada exprés fue una chapuza para tratar de salvar una micronésima parte de la temporada.

Y hablando de temporadas, si tienen mono deportivo, sepan que ha vuelto la liga de béisbol, con un equipo, los Blue Jays de Toronto, sin estadio, porque las autoridades sanitarias de Canadá, viendo cómo se propaga el virus por los dominios de Trump, no están dispuestas a correr ningún peligro. Traducido al castellano, jays significa "arrendajos", un tipo de pájaro que, en su versión euroasiática, recibe el nombre científico de garrulus, un mote que ni pintado para estos tiempos.









sábado, 25 de julio de 2020

Historia abreviada de la filosofía portátil

Y así nos vamos apantallando, que es como aplatanarse pero con menos fósforo. Hasta que seamos capaces de meter todo el pensamiento crítico en unas pocas pulgadas



Llegamos al domingo, que es como echar el cierre a otra semana por falta de clientes. Y el calendario, poco a poco, se va pareciendo cada vez más a una de esas calles sin comercios, repleta de laborables en traspaso. Donde ponía santa Brígida, alguien imagina Sant Jordi. Y al final, ni la una ni lo otro. Un lío en el santoral que hace que no sepamos si felicitarnos por un acuerdo "histórico" de la Unión Europea o renegar de su letra pequeña. Todo depende del montaje del director. Si tuviéramos tantos rastreadores como contertulios, seríamos Alemania. Así que mientras parimos a una Angela Merkel o a un Franz Beckenbauer, vamos cancelando veranos o, si son más del Cholo, ya saben, partido a partido, rebrote a rebrote, vamos tachando días, que es la única manera de calcular cuánta pandemia nos queda por delante.

La actriz Blanca Romero, en La Vanguardia, bromea sobre su futuro y explica que no sabe si abrir un tablao flamenco o meterse a monja. Y en ese desconcierto, navegamos todos. Suerte del streaming como dardo tranquilizante. Según la consultora Barlovento Comunicación, el pasado 15 de marzo se alcanzó un récord máximo de consumo televisivo en nuestro país: 282 minutos por persona. La cifra forma parte de los 34 años de media que pasamos pegados a las pantallas (móviles, tablets, ordenadores, consolas, e-books...), según otro estudio de Vision Direct

Podríamos empezar a zapear ahora mismo y no llegar a puerto hasta que no haya una vacuna para todos los bolsillos. Las plataformas son conscientes de todo ese exceso de contenidos y por eso buscan nuevas fórmulas para facilitar la digestión de sus suscriptores. El último invento: un botón que decide, supuestamente al azar, qué serie ver por ti. Se trata, por así decirlo, de que la gente se atiborre de ficción sin necesidad de ningún criterio. Y así nos vamos apantallando, que es como aplatanarse pero con menos fósforo. Hasta que seamos capaces de meter todo el pensamiento crítico en unas pocas pulgadas. Decía Einstein que Dios no podía jugar a los dados. Netflix, por lo visto, sí. 



miércoles, 22 de julio de 2020

Si te dicen que caí

La pobreza es hereditaria como la calvicie o el hígado graso. Olvídense de currículums brillantes, aquí lo que se lleva es el escudo de armas



Si usted también tiene problemas para pagar las letras de su Lamborghini, la culpa es de un cromosoma anticapitalista que se transmite de bisabuelos a biznietos y que le boicotea las ganas, por mucho que se esfuerce, de ser millonario. Lo remarca un informe elaborado por el Observatori La Caixa y la Universitat Pompeu Fabra: la pobreza es hereditaria como la calvicie o el hígado graso. Olvídense de currículums brillantes, aquí lo que se lleva es el escudo de armas. El Periódico lo titula: "Un buen apellido conlleva el 23% más de posibilidades en España de acabar como directivo", o lo que es lo mismo, la importancia de llamarse borjamari, en versión flamenco pop del éxito de Oscar Wilde. 

Si no nos lo dicen, hasta ahora, no nos habíamos dado cuenta. Es aquello de las leyes de Mendel que estudiábamos en el colegio. Lo que son las cosas, unos guisantes explicando el origen de las desigualdades sociales. El enchufismo de toda la vida. Por si no quedaba claro, además, otro estudio recalca lo evidente. Es el Atlas de las Oportunidadesalgo así como una guía Michelin de la injusticia barrio a barrio, y lo presenta la Fundación Felipe González. Resumiéndolo mucho, dime dónde naciste y te diré qué futuro te espera. Un dato curioso, la brecha va creciendo con los años. Al principio, mientras unos curran, otros se toman su trienio sabático. Puro simbolismo. Pero a partir de los 30, quien no aparece en Forbes, mejor que se dedique al bingo. Y si le toca, póngale unas velas al IBEX, no vaya a ser que su banco le haga un pufo. No sería el primero. 

La nota positiva es que la miseria no parece contagiosa. Lo que quiere decir que cualquiera puede disfrutar de un fin de semana de ecoturismo sin necesidad de mascarilla. Vendimiando, por ejemplo, para saber en primera persona lo que siente un temporero. Además del pastón que se ahorra uno en cartas astrales. Para conocer el porvenir, basta con el código postal. Y no hay pandemia que rompa la cadena trófica. Juan Marsé lo sabía. El escritor de Últimas tardes con Teresa desgranó como pocos el secreto de tanto fracaso. Una de sus frases (la recoge Pérez-Reverte) delata la farsa: "Durante el franquismo me jodieron los padres y en la democracia me jodieron los hijos, pero siempre me jodieron los mismos".



sábado, 18 de julio de 2020

Jugar a los médicos

Para qué invertir en Sanidad si, como todo recortador profesional sabe, los sanitarios se reproducen por esporas



Nos gustan las series que recrean universos fantásticos, tipo American Gods, Buffy Cazavampiros o Urgencias. Quiero decir que, salvo que haya un médico en la sala, lo que sabemos de lo que verdaderamente se cuece en las tripas de un quirófano es parecido a lo que podemos intuir sobre el código deontológico de los yakuza. Por eso, cuando nos hacemos un esguince fantaseamos con que nos atienda George Clooney tomando un Nespresso. En casa de herrero, Netflix de pago. Hasta cierto punto resulta lógico, ningún ambulatorio aparece entre los destinos favoritos para un viaje de bodas. Y el político echa cuentas. Y la cosa pública se deteriora. 

"Casi el 90% de los sanitarios de urgencias en Madrid no tiene un contrato fijo". El dato es de Rubén Amón en Onda Cero. Hay médicos, enfermeros y hasta DJs residentes que llevan más de 20 años de interinidad porque "no se convocan plazas desde 2001", lo que no es sólo una irresponsabilidad sino también una ilegalidad que ya ha cuestionado y sancionado la justicia europea. Pero la anomalía no es única. En el otro grande de la liga de los austeros -léase Cataluña- nada de autocrítica. La culpa siempre es del VAR. Y en mitad del jaleo, truco o trato. El Govern prevé compensar la pérdida de ingresos publicitarios de TV3 dándole un pellizco a los fondos estatales destinados a paliar los efectos del coronavirus. 

"La felicidad no depende de la propaganda, sino de la eficiencia", escribe Màrius Carol en La VanguardiaPara qué invertir en sanidad si, como todo recortador profesional sabe, los sanitarios se reproducen por esporas. Pero esa no es nuestra lucha. La próxima vez que nos crucemos con otra protesta de facultativos, lo mejor que podemos hacer es recomendarles una visita al Museo de las Ilusiones. Acaba de abrir puertas en Madrid (Calle del Doctor Cortezo, numero 8). Barcelona ya tenía el suyo. Por lo visto, los superhéroes no tienen bastante con un simple aplauso. Con lo feliz que sería Quique Setién con unos mimitos. Ya ven ustedes que hay profesiones que menosprecian el valor de los gestos y encima piden un contrato digno. ¡Menudos egoístas!



miércoles, 15 de julio de 2020

La milla verde

Primero fueron pacientes con patologías previas, por no decir viejos abandonados a su suerte. Ahora son temporeros, la mayoría africanos por los que nadie hinca la rodilla en el suelo. Mola el doble, donde va a parar, ser antirracista derribando una estatua de fray Junípero



Hay una dirección de matadero en el GPS. En la próxima rotonda, tome el segundo rebrote. Patíbulo a 200 metros. Es como si esta tregua sólo sirviera para celebrar ascensos del Cádiz. Y cuando llegue septiembre, el cuadernillo Rubio sin hacer, como de costumbre. Lo que está pasando en Lleida (Lérida para quienes consideran que hablar otras lenguas ibéricas es como estar poseído por el traductor de Google) es una versión de secano de un anuncio de cerveza: "Debe haber otra forma de cagarla". Me confinan, no me confinan; me confinan, no me confinan... Un deshojar margaritas durante un cine de verano. Película: Cowboys versus Aliens, un duelo interestelar por ver quién tiene más competencias en la República Galáctica. Resulta curioso, además, que un gobierno que llama a la desobediencia cada cinco minutos ahora pretenda la sumisión ciudadana. 

"La prevención es saludable. La exageración a destiempo es sólo una variable del oportunismo", escribe David Trueba en XLSemanal. Y de fondo, cientos de miles de conejillos de indias. Primero fueron pacientes con patologías previas, por no decir viejos abandonados a su suerte. Ahora son temporeros, la mayoría africanos por los que nadie hinca la rodilla en el suelo. Mola el doble, donde va a parar, ser antirracista derribando una estatua de Fray Junípero. 

La prestigiosa escritora Fang Fang, censurada y criticada en China por su Diario de Wuhan, lo deja claro, lo que indica el nivel de civilización de un país "es el modo en que tratas a los más débiles". Podría ser el brindis de esta última cena con aforo reducido. Otra manera de echar el rato en la milla verde, a la espera de un milagro, que no es otra cosa que un poco de sentido común, como en la película basada en el libro de Stephen King, que ganó el premio Saturno (los Oscar de la ciencia ficción). Por cierto, Saturno (Crono para los griegos) fue aquel titán que zampaba hijos como si fueran bollycaos. Lo recordarán por su posado al óleo para Francisco de Goya y Lucientes. Decoraba la Quinta del Sordo, buen titular para una crónica política. El motivo de tanta gula: no quería ser destronado.












sábado, 11 de julio de 2020

007: Licencia para insultar

Ciertas declaraciones suenan a lavado exprés de cerebro, a quitamanchas filosófico para votantes sin tiempo, a eslogan de coleccionista, algo así como "el discrepar se va a acabar"



Ciertas declaraciones suenan a lavado exprés de cerebro, a quitamanchas filosófico para votantes sin tiempo, a eslogan de coleccionista, algo así como "el discrepar se va a acabar". Hay lecciones que traíamos aprendidas de casa de los abuelos: "señalar está feo". Decir "caca, pedo, pis", también. Al debate público debería acudirse con argumentos sólidos y no con flatulencias heredadas. No, "naturalizar" el insulto no es de recibo en una democracia potable. Meterlo en una guía educativa o recomendar su uso moderado en redes es otro paso más para desvalijar la convivencia. Un tropezón de campeonato del vicepresidente. Y no vale la excusa esa de a mí también me han acribillado. Resulta endeble. Por esa misma regla, volvemos al talión, sólo porque está de moda el linchamiento por control remoto. 

Luego se extrañarán si se presenta a candidato un rapero o un taxidermista. Total, en ciertos populismos puede brillar cualquier arrabalero. Lo que no está reñido con ser crítico. Al contrario. Críticas todas, por supuesto. Y a todo quisqui. También a la prensa, ¿por qué no? Aunque existe una máxima entre los profesionales del periodismo que dice que cuando un político arremete contra un periodista, normalmente, salvo en el teatro de marionetas, es que el periodista está haciendo bien su trabajoque no es otro que pedir cuentas sin dejarse deslumbrar. 

Lo que debería saber cualquier ministro es que la crítica al sistema no puede envilecerse por el pistolerismo de Twitter. Y menos, con dinero público. Quizá por eso, viendo la deriva del rebaño, 150 intelectuales en Estados Unidos se han visto obligados a firmar una carta contra la intolerancia. Reclaman el libre derecho a pensar distinto y, de paso, denuncian toda la oleada de puericultura censora que recorre el gallinero. La izquierda progre no puede parecerse tanto a la derecha reaccionaria, a no ser que formen parte del mismo circo. En Zenda Libros, Carlos Mayoral recupera una cita de Julio Cortázar. La frase aparece en Modelo para armar y debería leerse en todas las escuelas como salmo sobre el respeto mutuo: "Lo sabes bien, todo lo que nos desune es en el fondo lo que nos deja vivir tan bien juntos". ¡Oído cocina!



miércoles, 8 de julio de 2020

Pídele cuentas al rey

Como todo froilán sabe, el dinero está para malgastarlo. Es de primero del curso a distancia de futuros eméritos. Lo contrario sería como tener abdominales y no quitarse la camiseta. Un sindiós



Los reyes se han echado al asfalto. En este julio, sin canción del verano, es lo más parecido que van a encontrar ustedes a la gira aplazada de Extremoduro. Como los Griswold pero en versión ibérico-campechana, o sea con el típico Mercedes-Benz Clase S, valorado en más de 500.000 euros, que gasta todo borbón medio. Se trata de demostrar, en plan Fraga, que bañarse en Palomares o recoger nectarinas en Lleida no entraña ningún peligro y, de paso, blanquear la imagen de la Casa Real, marcándose un callejeros monárquicos. Así se plantaron en Sevilla para visitar las Tres Mil Viviendas, recuerden, el barrio más pobre de España. El vehículo en cuestión, según consta en el portal de la transparencia, fue adquirido en 2019, por lo que encima queda fuera del Plan Renove. Desde entonces, y a raíz de todo este lío del confinamiento, suponemos que Don Felipe, como el resto españoles con utilitario, lo ha ido arrancando una o dos veces por semana para no quedarse sin batería. 

El artículo 56 de la Constitución lo deja claro: el rey no está sujeto a responsabilidad, lo que le ha valido a la corona, por lo menos desde la última edad de hielo, para vivir en una especie de Toys R Us de caprichos millonarios. Como todo froilán sabe, el dinero está para malgastarlo. Es de primero del curso a distancia de futuros eméritos. Lo contrario sería como tener abdominales y no quitarse la camiseta. Un sindiós. Ya habrán notado, además, que un sector de la prensa quiere quitarle hierro al asunto convirtiendo el supuesto desfalco de Juan Carlos en una historia romántica. Somos así de tiernos...

En La Contra de La Vanguardia, Cristina Martín, presidenta de la Asociación Española del Lujo, asegura que los niños españoles son los primeros en perfumarse. Dice que la tradición de la canastilla está muy arraigada aquí, como todo el sector de la belleza, que es otra forma de llegar muy lejos en el Tinder de la farándula. Pues eso, fabricando pícaros, desde la cuna, a base de Nenuco.





sábado, 4 de julio de 2020

Retrato del político adolescente

Está de moda hacerse un book en la jeta del contribuyente. Hasta Enrique Pastor, concejal de Juventud y Tiempo Libre en Montepinar, reclama su portada en la Teleindiscreta



Está de moda hacerse un book en la jeta del contribuyente. Hasta Enrique Pastor, concejal de Juventud y Tiempo Libre en Montepinar, reclama su portada en la Teleindiscreta. Puede que sea otra secuela del coronavirus, como el priapismo (erección de caballo sin viagra de por medio), o la última intentona de la prensa para capear la crisis, reconvirtiendo el periódico en una especie de Súper Pop política, con su póster desplegable del Kirk Cameron de turno en páginas interiores. Da igual que se trate de una dolorosa, un astronauta o un motero secundario de la banda de Marlon Brando en Salvaje, lo que importa es que se hable más del Photoshop que de ciertos masajes mediáticos que se venden como exclusivas. 

Y ahí las redes juegan su antifútbol. En La Vanguardia, el Antigurú, Pablo Foncillas, se pregunta "¿qué ha hecho Siliccon Valley para salvarnos del coronavirus?". Desde luego, distraernos. Mientras las Adidas Barcelona -diseñadas con la bandera de España- conmemoran la sentencia del Estatut en Twitter, pocas editoriales han prestado la atención suficiente a las palabras del presidente de la Asociación de Empresarios de Hostelería de Cantabria, Ángel Cuevas, señalando que la falta de camareros se debe al ingreso mínimo vital. Es la teoría del 5G para explotadores. O que el mismísimo presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, dijera hace unos días que cuidadito con regular el esclavismo punto cero, también llamado teletrabajo. 

Dos apuntes del New York Times indican por dónde se mueve el mundo. Son de David Jiménez y Juan Villoro. La Iglesia destina más dinero a 13TV, con una audiencia del 2%, que a Cáritas. Y la FIFA tiene más afiliados que la ONU. Son los asuntos del orden del día que deberían preocupar a nuestros políticos, asesores, suplentes de vocal y viceversa, si no fuera porque están demasiado ocupados haciendo sus pinitos como influencers.




miércoles, 1 de julio de 2020

El futuro siempre llama dos veces

Cuando llega, el futuro siempre decepciona. Ocurre como con ciertos jinetes del apocalipsis, en la Biblia parecen más altos



Cuando llega, el futuro siempre decepciona. Ocurre como con ciertos jinetes del apocalipsis, en la Biblia parecen más altos. Ni humanoides con superpoderes, ni vuelos de línea a Saturno cada diez minutos. A cambio tenemos el DVD con los mejores momentos de la OMS, un alegato desmotivacional para acudir al notario con unas ganas locas de hacer testamento. La Organización Mundial de la Salud se parece cada vez más a uno de esos árbitros que trata de compensar un penalti mal señalado. La pregunta es ¿cuántos titulares catastróficos podremos encajar sin besar la lona? Cada organización tiene el suyo. El FMI, el BCE, la CEOE y cualquier otra sigla que busque minutos en la sopa de letras. De hecho, ya hay estudios que detectan una siglafobia en aguas residuales de Barcelona en marzo de 2019, algo así como un milenarismo tardío, con menos ceros y en lenguaje inclusivo, lo que demostraría que el futuro no es otra cosa que un presente aplazado, el lugar idóneo para malgastar el plan de pensiones comprando Remdesivir en el mercado negro. 

Y así vamos deshojando ERTES, que es como decir que hemos aceptado COVID como virus de compañía. Eso sí, con la distancia visual adecuada para que la ceguera no se contagie. Guillem Martínez, en CTXTle pone título de pesadilla juvenil a toda la fanfarria esa del pacto para la reconstrucción: "Sé lo que hicisteis en la última crisis".