sábado, 27 de junio de 2020

Yo, por Cervantes, mato

Estamos en la quincena de la iconoclastia. Puede decapitar un bronce ahora y no empezar a pagarlo hasta de aquí a tres meses. Se trata de un nuevo rito de iniciación, el paso definitivo a la inmadurez permanente



Cuando has comprado un libro en Amazon, pongamos El Quijote, porque lo recomienda tu booktuber favorito, y luego resulta que llega a casa y el libro en cuestión es un tocho que pesa más que una mancuerna para hacer bíceps, te dan ganas de armar un hashtag del copón, o si el escritor, como es el caso, no tiene cuenta oficial de Twitter porque lleva unos siglos muerto, buscar su estatua más cercana y dedicarle un sutil "bastardo". 

Algo así debe haber ocurrido en San Francisco, ciudad donde los críticos siempre fueron más de Lope. Ahora, entre los activistas más leídos ha cundido que Cervantes, además de escritor, fue un consumado esclavista. Es una parte poco conocida de su biografía, de hecho, tan desconocida que es falsa. Pero eso, es lo de menos. Da igual que Cervantes, más que esclavista fuese esclavo, la Wikipedia no puede estropear un buen aquelarre. Estamos en la quincena de la iconoclastia. Puede decapitar un bronce ahora y no empezar a pagarlo hasta dentro de tres meses. Se trata de un nuevo rito de iniciación, el paso definitivo a la inmadurez permanente. En Kenia, los masáis cazan leones para demostrar su hombría; aquí, para ser un antirracista cien por cien biodegradable, basta con ir a la plaza del pueblo, pintarrajear el primer monumento con paloma que se ponga a tiro y subirlo a Instagram Stories. Ocurre cuando a los bustos se les buscan parecidos razonables en función del último papanatismo en juego, una manera muy antigua de ahumar el presente. Es más, si nos ponemos tan exquisitos, nos quedamos sin santoral porque no hay ídolo que pase la prueba de Hacienda.

Manuel Jabois bromea en la Ser: "Si los ataques a escritores empiezan con Cervantes, igual estamos poniendo el listón un poco alto". Y Rubén Amón, desde El Confidencial, avisa de que a este ritmo el mismísimo Manneken Pis, "un niño meando con la chorra a la vista", podría incitar a pederastas. ¡Abajo con él! Recuerden el dicho: Cuando las estatuas de tu vecino veas afeitar...



miércoles, 24 de junio de 2020

Los premuertos

Hace tiempo, por lo menos desde el Windows 95, que a la sociedad le estorban los viejos porque no son fotogénicos y eso en Instagram no se perdona. Por eso hay que esconderlos en el trastero, junto a otras miserias, para que el olvido no resulte tan sospechoso



Por riguroso orden alfabético: Anarkina, Azitromicina, Bromuro ipratropio, Cefditoreno, Ciclosporina, Cisatracurio besilato, Clonazepam, Dexametasona, Dexmedetomidina, Diazepam, Dobutamina, Dopamina, Enoxaparina sodio, Fentanilo, Haloperidol, Levomepromazina, Metilprednisolona, Midazolam, Norepinefrina (noradrenalina), Propofol, Remifentanilo, Rocuronio, Salbutamol, Sarilumab y Tocilizumab. Ahí va la pócima secreta de Sanidad para combatir el coronavirus. Es el supercalifragilisticoespialidoso de los millennials. O la lista de los reyes godos de la España plus ultra. Así está la pandemia a esta hora, impronunciable como un trabalenguas. 

Ni siquiera las cifras hablan por sí solas. De hecho, las cifras asustan por sí solas: el 72% de las muertes registradas en España se produjeron en residencias. ¡Bingo! Ya tenemos zona catastrófica y Sálvame Deluxe político, con doble ración de querellas, pero ni una pizca de autocrítica en el confesionario. Hace tiempo, por lo menos desde el Windows 95 (tengan claro que todo lo que nos pasa es culpa de Bill Gates. Sí, también el VARque a la sociedad le estorban los viejos porque no son fotogénicos y eso en Instagram es imperdonable. Por eso hay que esconderlos en el trastero, junto a otras miserias, para que el olvido no resulte tan sospechoso. Y tres cuartos de lo mismo con los niños. Mucho más cuquis, por supuesto, pero igual de molestos para un estilo de vida non stop que nadie cuestiona. Un estudio de la Complutense revela que, durante el confinamiento, los más pequeños sintieron menos estrés que de costumbre, liberados de un horario que parece la agenda de un ministro de exteriores.

Ahora, como en Expediente X, busquen la verdad ahí fuera. Si pueden, claro, porque una de cada tres personas, según acaba de publicar el Grupo de Investigación en Procesos Electorales y Opinión Pública de la Universitat de València, teme salir a la calle y volver a sus rutinas. Lo llaman síndrome de la cabaña, otro motivo para que los vendehúmos desenfunden el datáfono, aunque como dice Isaac Rosa en eldiario.es, lo que les pasa algunos, después del KitKak, es que no tienen ganas de continuar con la misma vida de mierda.






sábado, 20 de junio de 2020

Generación del 98

Comienza la desalarma, que es como apagar el despertador, media hora más de sueño para volver a llegar tarde



Comienza la desalarma, que es como apagar el despertador, media hora más de sueño para volver a llegar tarde. En la guantera, 98 días de BOE, casi una oposición a funcionario de prisiones. Ahora, en riguroso directo, pausa para la hidratación, ya saben: turismo profiláctico, botellón de gel hidroalcohólico y tattoos con el careto de un epidemiólogo. La peña tiene ganas de reventar estatuas en Benidorm al compás de María Jesús y su acordeón. Un desmadre para celebrar que solo han sido 28.315 los muertos oficiales (con el tique descuento). Casi nada. San Mamés a medio croma. Y como la cosa va de resacones, no descarten alguna que otra despedida con un Sansón disfrazado de marine que realiza lo nunca visto: un striptease integral, quiero decir quitándose la mascarilla para enseñarnos los premolares. O máquinas expendedoras de FFP2 extrafinas para filetazos con sabor a fresa ácida. Las cuarentenas, si son de catálogo, vienen con estampida desplegable. Toda esa tabarra de la "nueva normalidad" va camino de convertirse en la americanada más cutre de la cartelera, tiro al pichón comunista incluido en la barbacoa. Una especie de versión pro evolution de aquel refrán que decía: el muerto al hoyo y el vivo a tocar la balalaica. Lo mejor, ya empiezan a desprecintarse los parques infantiles. Un columpio no puede ser el escenario de un crimen.

miércoles, 17 de junio de 2020

Yo para ser feliz quiero un Gauguin

Uno no sabe lo que vale un 'Mata Mua' hasta que lo pierde. Este virus ha venido a recordarnos cosas así. Ninguna pinacoteca es para siempre



Uno no sabe lo que vale un Mata Mua hasta que lo pierde. Este virus ha venido a recordarnos cosas así. Ninguna pinacoteca es para siempre. Según parece, Tita Cervera, como cualquier otro vivíparo poscovid, necesita cash y ha hecho lo que cualquier baronesa haría, descolgar un Gauguin del museo y colgarlo en eBayPor hacer un símil futbolístico -aunque solo sea por aquello del Ministerio de Cultura y Deporte-, la pintura que ahora se vende, el Mata Mua (Érase una vez en traducción al castellano de Sergio Leone)joya de la corona de la colección Thyssen, se siente como un crack desatendido, jugarreta típica de todo representante cuando hay una comisión en juego. 

Desde que La Baronesa y el estado unieron sus destinos artísticos, hace más de dos décadas, se han firmado casi una veintena de contratos. Ni Messi renueva tanto. Lo sabemos ahora que ha vuelto el fútbol enlatado, como una sitcom deportiva que, a falta de buenos guionistas, señala, con risas pregrabadas, donde está el chiste. Es la forma más llevadera de trampear esta tregua. O eso, o el último reality que ha estrenado TelecincoLa Casa Fuerte, en alusión a Cayetana Álvarez de Toledo, marquesa, mira por dónde, de Casa Fuerte. Y hablando de chozas, la última prueba de exteriores en Masterchef fue un publirreportaje en toda regla, dentro de una televisión pública, de una de las fincas de Samantha Vallejo-Nágera, nietísima de aquel psiquiatra franquista que quiso demostrar a toda costa que ser rojo era una enfermedad mental. 

Cualquier cosa vale con tal de mantener al personal distraído, no vaya a ser que se percate de que en Pekín, capital de la transparencia, se han vuelto a cerrar colegios por un rebrote chungo. Veremos con qué milonga nos salen. Lo de la gripe, ya no cuela. Quizá una apendicitis. Lo que está claro es que el bicho tiene ganas de juerga. Solo falta ponerle fecha al reestreno de la segunda entrega. Se me ocurre la Diada, el próximo 11 de septiembre, por ejemplo, para que "el diablo" de turno, después de probarlo con el feminismo, pueda culpar ahora al independentismo "de la destrucción de España", en palabras del Papa Benedicto, según destapa el exministro de Interior, Jorge Fernández Díaz.

A todo esto, todavía no hemos hablado de cifras. El Gauguin de la discordia está valorado en 40 millones de euros -precio amigos para siempre-, un poco más de lo que el Barça pagó por Trincao, un buen nombre, por cierto, para cualquier pelotazo. Pictórico o deportivo. 




sábado, 13 de junio de 2020

Racismo, mentiras y cintas de vídeo

Si alguna vez ha fantaseado con encapucharse, quemar cruces de madrugada, rollo Ku Kux Klan, o cada vez que se mete en Idealista lo hace para buscar plantaciones de algodón con esclavos, no hay duda, usted es otra víctima subliminal de 'Lo que el viento se llevó'. Así está el kilo de estupidez esta semana 




Si alguna vez ha fantaseado con encapucharse, quemar cruces de madrugada, rollo Ku Klux Klan, o cada vez que se mete en Idealista lo hace para buscar plantaciones de algodón con esclavos, no hay duda, usted es otra víctima subliminal de Lo que el viento se llevó. Así está el kilo de estupidez esta semana. El guionista de Doce años de esclavitud, John Ridley, ha sido el penúltimo en repescar la vieja paranoia de que la película más taquillera de la historia es, en realidad, un alegato racista capaz de convertir a nuevas generaciones de cinéfilos en negreros con látigo. Y HBO, por si las moscas, ha dicho amén. 

No es la primera vez que el revisionismo se nos desmadra. Ocurre cada cierto tiempo, siempre que rebrota un malestar pendiente, esta vez ha sido la muerte injusta de George Floyd. Entonces, el guionista de turno sabe cauterizar la rabia hacia el trending topic. De hecho, todo presente es supremacista y caducifolio, pero en los últimos tiempos, quizá más que nunca, se ha puesto de moda el juicio retroactivo. Lo hemos visto con Mecano, Caperucita y Torrente. Algunos hablan de censura, que es la forma más heráldica de vender toda esta idiotez industrial, pero en el fondo, de lo que se trata es de agarrar un símbolo con las defensas bajas y pasarlo por la refinería de la corrección. 

Así se resetea el mundo, llevando al chatarrero el 99,9% de la historia del arte que no encaja con nuestro filtro más cateto. Es lo que Antonio Lucas llama "infantilización a fondo perdido". Ningún otro tiempo necesitó de tantos emoticonos para entender algo tan sencillo como que la cultura es el reflejo de una época "con sus miserias y sus maravillas". Blanquearlo es la mejor manera de dejarlo listo para repetir cualquier aberración. 






miércoles, 10 de junio de 2020

Todo sobre mi democracia

Poco a poco vamos recuperando la versión más cutre del santo oficio, el chanchullo nuestro de cada día, síntoma claro de que pase lo que pase siempre nos gobiernan los mismos



Poco a poco vamos recuperando la versión más cutre del santo oficio, el chanchullo nuestro de cada día, síntoma claro de que pase lo que pase siempre nos gobiernan los mismos. En Cataluña, por ejemplo, el Govern de la Generalitat, como homenaje a los superhéroes de la pandemia, ha decidido externalizar un servicio para el rastreo de futuribles del Coronavirus Club de Fútbol, por si en otoño vuelve a rugir la marabunta. Se trata de montar un call center que no ha salido a concurso (la letra pequeña del estado de alarma permitía este tipo de festines). La broma es de 17 millones de euros y la empresa que se ha adjudicado el cuponazo es Ferroser Servicios Auxiliares, filial de la constructora Ferrovial (archifamosa por el caso Palau y las comisiones ilegales a Convergència), donde curra, toma que toma, el hermano de Oriol Junqueras.

La cifra, que no da para reconquistar a Neymar, contrasta con los escasos 4,5 millones de la pedrea que el mismo Govern destinará a los ambulatorios. El pitote es de escala Richter, sobre todo ahora que hasta Belén Esteban mata por la sanidad pública. Es lo que tiene cambiar de siglas cada media legislatura. Borrón y cuenta nueva. Y quien dice Cataluña, dice cualquier otro cortijo o ciudad jardín con derecho de pernada. Por no entrar en culebrones andorranos, es lo que Paul Preston llamó "un pueblo traicionado", desde la Restauración borbónica al Ave a la Meca (anexo de última hora). Por lo visto, nadie está a salvo del lado oscuro, quién iba a renunciar a la voz de Constantino Romero diciéndole al Skywalker de turno: "Lucas, yo soy tu presidente y hago con tu dinero lo que me sale del quinto metatarsiano".

En Tesoros de la Tele, nuevo programa revival de La2, recuperan una entrevista de Íñigo a Sancho Gracia, por entonces ídolo de masas gracias a Curro Jiménez. Íñigo le pregunta al actor en qué se parece al bandolero al que da vida en la serie. La respuesta es antológica:"Pues, como todos los españoles, nos parecemos en lo de ayudar a los demás para quedarnos con la mitad". Y todavía no hemos hablado del Rambo de Requena o del cocodrilo en el Duero. Ya ven que la nueva realidad contiene lo peor de la vieja más algún desvarío para animar la fase tropecientos de la desescalada.



sábado, 6 de junio de 2020

Pan y rosas

La parte contratante de la parte más patriótica cree que el 8-M es el día de la Bestia. Se trata de demostrar, off de record y a toda costa, que el feminismo es tan peligroso como un pangolín sin antirrábica y que la manifestación de Madrid fue poco menos que el Wuhan europeo



La parte contratante de la parte más patriótica cree que el 8-M es el día de la Bestia. Se trata de demostrar, off de record y a toda costa, que el feminismo es tan peligroso como un pangolín sin antirrábica y que la manifestación de Madrid fue poco menos que el Wuhan europeo. A quién le importa si la OMS declaró la pandemia tres días más tarde -veremos si algún informe no vincula la demora a un telefonazo de Marlaska-. O que ese mismo fin de semana se disputase a tumba abierta la jornada 27 de La Liga. Por no hablar de la Champions... Por cierto, ¿qué hacía Vox, sabedor de todo lo divino y humano, en Vistalegre? 

Puede que el 8-M, tal y como estaba el cotarro, no fuera la idea más brillante del siglo, pero hubo concentraciones en medio mundo y a nadie se le ha ocurrido utilizarlo como kryptonita. De hecho, si aceptamos la fecha como el origen de la peste española, también sería conveniente recalcar que su resaca, el 9-M, lunes laborable, con más de un millón y medio de madrileños en el Metro, camino de sus trabajos, fue, en consecuencia, como ir al matadero. Llama la atención que los quejosos sean los que se han mostrado más críticos con el confinamiento y el parón económico. Hasta el punto de alentar batucadas. Debe ser que el bicho sólo se contagia en según qué sambódromos

Lo grave de todo esto es que durante unas semanas casi todos nos lo tomamos a coña. Seguramente, envalentonados por la trola aquella de que sólo era una gripe. Si alguien ocultó información, que pague la carnicería. Ese debería ser el objetivo principal de Los hombres de Paco. O el porqué estaban los hospitales tan desabastecidos; o quién decidió abandonar las residencias a su suerte. Lo demás es circo, el ejercicio de un trilero en busca de un chivo expiatorio, ya sea un negro, un moro, un sudaca, un maricón o una mujer con una manzana. De lo que se trata es de acabar chupando cámara, como hizo Trump, posando con una Biblia que había salido de un bolso de 1.540 dólares para dejar bien claro que violencia y fe comparten árbol geneálogico. Y reducir cualquier crisis hasta el colmo de la gilipollez humana. Así el debate nacional se parece cada vez más a una final de Supervivientes, ya saben que esta edición, una de las más vista de la historia por motivos evidentes, la ha ganado un guardia civil -Telecinco no da puntada sin hilo-. Algunos ya sueñan con que Mediaset sustituya a Tezanos. 








miércoles, 3 de junio de 2020

Club de navajas

Mientras usted y yo nos pegamos tiros en Twitter, que es la forma más barata de precalentar el futuro, no hay ni un solo ministerio en riesgo de ERTE. Y quien dice ministerio, dice diputación, capilla y submúltiplos




Mientras usted y yo nos pegamos tiros en Twitter, que es la forma más barata de precalentar el futuro, no hay ni un solo ministerio en riesgo de ERTE. Y quien dice ministerio, dice diputación, capilla y submúltiplos. "La gente no quiere la guerra, pero siempre puede ser sometida a la voluntad de sus líderes. Es fácil. Todo lo que hay que hacer es decirles que sufren un ataque y denunciar a los pacifistas por su falta de patriotismo y por exponer al país al peligro. Funciona en todas partes". La frase es de Hermann Göring, capitoste nazi, durante los juicios de Núremberg, y la recoge ahora Enric González en El odio, instrucciones de uso

La cosa se está polarizando, que es como la dejamos justo antes de irnos de pandemia (ya saben, polarizador que polariza buen polarizador será), aunque ahora, después de tanto jubileo happy flower, una jam session del congreso parece gore con burbujas para peritos mercantiles. Ha vuelto antes la crispación que el fútbol, que ya es decir. En Estados Unidos, incluso, han matado a un negro para celebrar el aquelarre. Lo que indica que en cuatro días, el coronavirus será solo asunto de los periódicos locales. "Me muero de ganas de que termine el estado de alarma, y dejar de estar sujeto a las normas injustas dictadas por este gobierno, para pasar a estar sujeto a las normas injustas dictadas por mi autonomía o ayuntamiento", escribía en El Mundo Ricardo F. Colmenero. 

Ya podemos adelantar que en esta fase final de la primera temporada de la crisis, la economía ha impuesto sus criterios sanitarios. No hay hospital sin tesorero. Por eso hay tanta prisa en desescalar colegios y desprecintar playas. Otra vez, los ancianos sobran y los niños molestan. Ya estamos, de nuevo, en la casilla de salida. Listos para ensamblar rebrotes. Que una cronista parlamentaria como Sonsoles Ónega se pase a los realities es la mejor metáfora de lo que nos ocurre. En el fondo, hablamos del mismo plomo. Delirante.